INFORME DE INTERVENCIÓN EN EL RETABLO MAYOR DE LA IGLESIA DE NUESTRA SEÑORA DE LA ASUNCIÓN EN MAIRENA DEL ALCOR


Margarita Gurruchaga Sánchez        Victor Manuel López Romero
Licenciados en Bellas Artes y Restauradores del Retablo Parroquial.

Al terminar la primera mitad de los trabajos de restauración del retablo mayor de la Parroquia de Nuestra Señora de la Asunción, se publica este artículo en el que se da cuenta, además de la poca información sobre la historia del mismo, del trabajo que hasta la fecha se ha realizado en las tres fases del total de las seis en que consiste el proyecto.

Breve Reseña Histórica sobre el retablo.

Al no existir ningún documento que nos pueda servir para datarlo, tenemos que hacerlo basándonos en datos estilísticos y en semejanzas con otros retablos. En una primera observación fue posible distinguir dos zonas bien diferenciadas, una primera hasta la cornisa y otra el ático, esto sugiere dos periodos de construcción. Pero estas diferencias son más de tipo técnico que estilísticas lo cual puede indicarnos que esta segunda obra no es muy posterior a la primera, esto puede significar que el retablo original fue ampliado unos años después de su construcción inicial. Es evidente que la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción sufrió una ampliación que modificó todo el crucero y el presbiterio, momento en el cual se pudo transformar también el retablo quitando el ático que lo coronaría originalmente y construyendo el actual. Estilísticamente el retablo se puede encuadrar a mediados del siglo XVIII, y algunos autores se lo han atribuido a Jerónimo de Balbás o a su círculo de influencia. Comparando nuestro retablo con el existente en el Santuario de Loreto en Espartinas, es posible encontrar gran parecido, tanto estructuralmente como en los motivos ornamentales. Los dos retablos están compuestos por tres calles coronadas con un ático, el ático está separado de las calles por sendas cornisas que tienen formas muy similares. Las calles laterales de los dos retablos tienen la misma distribución, los dos constan de cuatro estípites muy parecidas, las calles centrales en los dos casos están rematadas con cartelas similares y en el centro del ático se dispone un tondo en los dos casos que es igualmente parecido. Por último la hojarasca que componen toda la ornamentación en los dos retablos tienen características muy parecidas. El retablo de Espartinas es de 1750 obra de Manuel García de Santiago; en esta época era normal que distintos autores utilizaran los mismos diseños para realizar sus obras, lo cual nos puede indicar que el retablo de Mairena es obra de Manuel García de Santiago o que su autor utilizó el mismo diseño. Pero todos estos datos no pueden ser más que especulaciones a falta de datos documentales que nos den alguna seguridad sobre su veracidad.

Primera Fase: Imaginería.

Esta imaginería consta de siete imágenes, a saber: empezaremos por la titular de la parroquia, la Virgen de la Asunción. Es una escultura realizada en madera tallada y posteriormente policromada. La talla esta ejecutada en madera de pino aunque aparecen piezas de otro tipo de maderas: cedrela, caoba, etc. El soporte presenta un regular estado de conservación, teniendo piezas inestables y algunas mutilaciones causadas por el normal uso de la imagen, a uno de los ángeles situados a los pies le falta un brazo, además del retallado que ha sufrido para su transformación en una Asunción. En la policromía se observan desprendimientos, inestabilidad y algunos repintes.


Los tratamientos aplicados en el soporte consistieron en la consolidación de grietas y piezas y la eliminación de clavos. Una vez realizada la fijación de la policromía se procedió a la eliminación de suciedad superficial y de los repintes situados en gran parte del manto y en las encarnaduras, las lagunas de color se estucaron (se consideran lagunas a las zonas en las que faltan policromía, el estucado consiste en la aplicación de una mezcla de sulfato cálcico y cola, es lo que se conoce como yeso de dorador y es el estuco que se ha utilizado tradicionalmente), la reintegración cromática se realizó con acuarela (la reintegración cromática consiste en la aplicación del color para disimular las lagunas), por último se aplicó una capa de protección.

 

La imagen de San Lorenzo es una escultura en madera tallada y policromada, realizada aproximadamente en el siglo XVIII. Es una obra de muy buena calidad. Presenta un estado de conservación relativamente bueno. El soporte se encontraba en buen estado, salvo la desaparición de algunos dedos e inestabilidades. La policromía presentaba algunos desprendimientos. El tratamiento aplicado consistió en la consolidación del soporte, realización de las piezas que faltaban, entre las piezas realizadas se incluye una palma que sostendrá en su mano derecha como símbolo del martirio, limpieza de la capa pictórica y estucado y reintegración cromática de las lagunas en la policromía y por último la aplicación de una capa de barniz de protección.


La imagen de San Bartolomé es una talla en madera policromada, es una obra contemporánea en madera de ciprés. Presenta un buen estado de conservación a excepción de un pequeño desprendimiento de película pictórica. El tratamiento aplicado consistió en una limpieza superficial y la reintegración cromática.

El resto de las imágenes son los angelitos situados en la cornisa. De los cuatro ángeles que se situaban en la cornisa tres se alojaban originalmente en este lugar pero el cuarto no corresponde a la cornisa. El lugar original de este cuarto ángel es una de las ménsulas que se encontraban en el banco del retablo, realmente no es un ángel sino un niño atlante. Según lo dicho anteriormente, en la cornisa se situaban originalmente cuatro ángeles, por tanto falta uno que será necesario reproducir a partir de los existentes. En las ménsulas del banco se situaban otros cuatro niños atlantes y solamente tenemos uno, por lo que será necesario reproducir otros tres a partir del que tenemos. Las reproducciones de los niños atlantes y del ángel se mandan a hacer a Madrid, una vez realizadas las policromamos. El ángel de la cornisa se policroma al temple y los niños atlantes, al estar situados en la parte baja del retablo muy a la mano, se le realiza una policromía al óleo, técnica mucho más resistente, posteriormente se les matiza el color con un punteado en toda la superficie para de esta forma darles una apariencia más antigua y así diferenciar los nuevos de los antiguos.


Los ángeles se encontraban en muy malas condiciones de conservación. Presentan mucha suciedad tanto polvo como hollín, la policromía estaba en muy mal estado, tenían piezas movidas e inestables, algunas mutilaciones y muchos elementos metálicos como clavos, alcayatas, alambres etc. Las alas también estaban en pésimas condiciones de conservación. El tratamiento seguido en estas imágenes consistió en la realización de las piezas que les faltaban (algunos dedos y partes de las alas) y la fijación de la policromía. La limpieza resulto algo complicada ya que en algunas zonas el color estaba totalmente cambiado debido a la acción del humo, se limpió lo más posible sin que fuera posible devolverle su color original en las zonas mas dañadas.

Al limpiar las telas que cubren algunas partes de los ángeles se descubre que estas estaban plateadas y estofadas (el estofado es una técnica pictórica que consiste en la aplicación de una capa de pintura sobre el oro o la plata de forma que se transparente el brillo de este), pero por la acción del humo esta plata había desaparecido en su mayor parte. También se descubre que los colores de estas telas son distintos, dos son verdes y uno rojo, lo que hace suponer que el que falta también sería rojo esto dio una información muy valiosa a la hora de policromar la réplica del ángel que falta. El tratamiento continúa con el estucado y la reintegración cromática y finalmente la protección con barniz. Estos ángeles portaban algunos objetos en sus manos que se han perdido, en una fotografía del retablo de antes de la guerra se puede distinguir que estos objetos son atributos de San Bartolomé, la palma, el cuchillo y el árbol referentes al martirio y un libro por su dedicación a la evangelización. De estos atributos solamente llega hasta nosotros un árbol por lo que es necesario tallar los otros tres.

El niño atlante que llega hasta nuestros días también presenta un estado de conservación muy malo: mucha suciedad, la policromía en mal estado con muchas faltas y desprendimientos, piezas inestables, algunas mutilaciones y elementos metálicos ajenos a la obra. El tratamiento seguido fue la fijación de la policromía, realización de piezas que faltaban. Al comenzar la limpieza se descubre que la policromía que presentaba no era la original y que bajo ella se encontraba otro color. Se procede a la eliminación del repinte y se deja al descubierto el color original. Finalmente se estuca y se reintegra el color en las zonas en las que faltaba y se da un barnizado final para su protección.

Segunda Fase: Ático del retablo.

Esta parte del retablo es la más moderna, posiblemente se realizó cuando se amplió el templo para adaptar el retablo a las nuevas dimensiones de la iglesia. Esta parte del retablo presentaba un mal estado de conservación. Tiene gran acumulación de polvo. En el soporte se le detectan multitud de piezas mutiladas, otras muchas inestables así como muchas de ellas despegadas por la alteración de las colas usadas en su ensamblaje. Aparece algún ataque de insectos silófagos (polillas) aunque en muy poca cantidad y ya inactivos. El dorado faltaba en muchas partes y el que quedaba se encontraba en muy mal estado presentando gran cantidad de lascas inestables y deformadas. También aparecen multitud de elementos ajenos a la obra (clavos, cáncamos, alambres, etc.). Además toda la parte central del ático que conforma el tondo del martirio de San Bartolomé se encontraba movido de su sitio original, habiendo cedido varios centímetros. Se comienza el tratamiento desmontando esta parte central del ático por completo y transportándolas a las habitaciones que se han utilizado como taller. Una vez desmontada esta parte se descubre que el motivo por el que ha cedido es la inestabilidad de los palos que lo sujetan a la pared. Se decide cambiar estos palos por otros nuevos, estos palos nuevos se tratan para evitar que les ataquen las polillas.


También se descubre una grieta en la pared que se encuentra detrás del retablo, para comprobar si es peligrosa se le ponen testigos de yeso para poder determinar su movimiento. El tratamiento aplicado a las piezas del retablo que se han bajado es el siguiente. Limpieza de suciedad superficial. Consolidación de la madera mediante impregnación con resina plástica cuando es necesario, las piezas de madera que estaban deformadas se intenta volver a su posición inicial y las que estaban inestables y despegadas se consolidan. Las piezas que faltan se tallan y doran. El oro es fijado primero para después poder limpiarlo, al limpiar el oro se respetan los distintos escritos y firmas que han aparecido, al considerar que estos no estorban a la contemplación del conjunto del retablo y que constituyen parte de la historia del mismo, por lo cual no se eliminan. Una vez limpio el oro se estucan las lagunas y se doran. El dorado se realiza al mixtión (el mixtión es un adhesivo utilizado para facilitar el dorado) y respetando el oro original, de forma que solamente se doran las zonas en las que faltaba oro. A las piezas que no son necesario bajar se les aplica el mismo tratamiento en su localización en el retablo. Una vez terminado el proceso de restauración de las piezas en el taller estas son subidas a su ubicación en el retablo y cuando se termina de montar todo el ático se procede a un nuevo barnizado, esta vez a pistola.

Las dos imágenes que componen el relieve del martirio de San Bartolomé tiene mal estado de conservación. El soporte presentaba mutilaciones y piezas movidas e inestables. La policromía se encontraba cuarteada, teniendo desprendimientos e inestabilidades. El proceso de restauración consistió en la consolidación del soporte, realización de las piezas que faltan, limpieza de la policromía, estucado y reintegración cromática de lagunas, dorado y plateado en las zonas en las que originalmente aparecían estos materiales, barnizado final y colocación en su lugar correspondiente.

Tercera Fase: Restauración de la Cornisa.

Esta parte del retablo, al igual que la anterior, se encontraba en mal estado de conservación. Presenta los mismos desperfectos que el ático, mutilaciones, piezas movidas e inestable, algún ataque de silófagos esporádico, el oro en muy mal estado, multitud de elementos ajenos a la obra y en general aparecían varios centímetros más baja de su posición. El tratamiento aplicado consistió en la consolidación del soporte, reposición de las piezas que faltaban, fijación y limpieza del oro, estucado y dorado de lagunas y barnizado final. Al igual que en el ático, una vez terminadas las piezas que se han bajado al taller, se vuelven a colocar en su lugar, se refuerza la sujeción para evitar que vuelvan a ceder y se le aplica un barnizado final a pistola. Por último se colocan en su lugar correspondiente los cuatro ángeles.

En las próximas fases del proyecto se realizará la restauración de las calles laterales, la calle central, y el banco. En la calle central se reconstruirá el manifestador y el camarín de la titular del retablo, esto será posible gracias a la fotografía anterior al año 1936 a partir de la cual se podrá ejecutar esta reconstrucción. De estos trabajos se intentará publicar otro informe cuando se finalicen.

DATOS DEL TEMPLO PARROQUIAL