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       El 
          Campanillo  | 
  
 
  Mensaje 
  del Hermano Mayor. ¡Alabado sea Jesús Sacramentado!
  Antonio 
  Fernández Mellado
Queridos Hermanos:
 De nuevo me dirijo a todos 
  Vds. a través de este Boletín, que nos anuncia la próxima 
  festividad del Corpus. 
  Quiero, en primer lugar, expresar nuestro dolor por la pérdida de nuestro 
  pastor, S. S. Juan Pablo II, al que deseamos un eterno descanso. Al mismo tiempo 
  nuestros corazones se abren a la esperanza con la elección del nuevo 
  Santo Padre, S. S. Benedicto XVI, con el que nos unimos en oración para 
  el bien de nuestra Madre Iglesia.
En segundo lugar, deseo 
  reconocer la entrega y la labor que muchos hermanos y devotos en general, están 
  realizando para hacer posible que en nuestra comunidad parroquial se viva en 
  plenitud el AÑO EUCARÍSTICO, que S.S. el Papa Juan Pablo II dispuso 
  en su día para todos los creyentes. Así, con la participación 
  del grupo parroquial de la Adoración Nocturna, nuestra Hermandad ha hecho 
  posible el culto permanente a Jesús Sacramentado en la capilla del Cristo 
  de la Cárcel, de lunes a viernes por las mañanas y por las tardes. 
  Está resultando una experiencia muy gratificante, y desde aquí 
  invitamos a cuantas personas aún no lo han hecho que participen activamente 
  con sus oraciones en la exaltación a JESÚS SACRAMENTADO, y a los 
  que ya están colaborando, y haciendo posible este encuentro con Cristo, 
  animarles para que no desfallezcan y recordarles que el trato diario y permanente 
  con Cristo presente en el sagrario ayuda a todos a conseguir un mundo más 
  cristiano y santo.
  Por el motivo anteriormente expuesto queremos hacer más hincapié 
  en este número de EL CAMPANILLO sobre el hecho eucarístico, 
  así publicamos un mayor número de artículos de reflexión 
  o meditación sobre el mismo que en otras ocasiones. 
También, quiero aprovechar esta carta para agradecer a todos, hermanos y devotos en general, la atención y el trabajo prestado a la Hermandad a lo largo de estos últimos cinco años, en lo que yo he tenido la satisfacción de dirigirla, como Hermano Mayor. Las más sinceras gracias, en nombre de la actual Junta de Gobierno y en el mío propio. Todo fue posible con vuestro celo, dedicación y ánimos, no pretendo enumerar lo conseguido sólo deciros que han sido cinco años llenos de satisfacciones y dichas, en los que, sin duda, nuestra Hermandad se ha fortalecido notablemente y ha sembrado mucha semilla, que en el futuro, cuando brote, debe enriquecerla con sustanciosos proyectos. Y por supuesto, sin olvidar nunca que lo realmente importante en esta cofradía debe ser dar a conocer y hacer presente en nuestras vidas el mensaje eucarístico, os deseo lo mejor a todos los hermanos y hermanas que forméis la nueva Junta de Gobierno a partir de las próximas elecciones. Estoy convencido que daréis cada uno lo mejor de vosotros mismos por el bien de nuestra parroquia.
Para despedirme, sólo me queda enviaros el más fraternal saludo y el más íntimo deseo que el Santísimo Sacramento ilumine nuestros actos y que nuestras santas imágenes del Cristo Resucitado, Virgen del Rosario, Dulce Nombre de Jesús y San Bartolomé nos protejan y nos guíen para mejor ayudar a los demás.