(5-septiembre-2010) Crónica del Concurso y Festival de Cante Jondo

Informa: Redaccion

PEDRO CINTAS GANÓ EL CONCURSO CON ROTUNDIDAD

- Rocío Luna se hizo con el premio de jóvenes en un certamen marcado por la crisis pero que no decepcionó

Con una rotundidad fuera de discusión, el joven extremeño Pedro Cintas con la guitarra de Niño Elías consiguió alzarse con el premio flamenco Antonio Mairena de Mairena del Alcor, celebrado la noche del pasado viernes 3 de septiembre. El público, que le aclamó durante su ejecución de los tres palos, llegó a levantarse del asiento en las seguiriyas mientras el cantaor de Albuela derrochaba poderío, oficio y compás. Lo bordó igualmente por granaínas y bulerías llevando al público a compás desde las emociones más melancólicas a las más alegres en pocos minutos. El jurado coincidió con el sentir del público y buena parte de la crítica presente, por lo que sentenció que Pedro Cintas se llevaría los 3.000 euros de dotación y trofeo, así como los dos contratos con la Federación de Peñas que estipulan las bases del certamen.

Tras el premio, el cantaor extremeño de dinastía cantaora resaltó la importancia del galardón asegurando que "le doy la importancia que tiene, que es mucha por lo que representa y porque se demuestra que todavía sigue abriendo puertas", si bien lamentó que no goce de todos los apoyos que merece, "porque además por historia tiene su sede en la zona flamenca más fecunda y germinal de Andalucía", aseveró un Pedro Cinta que con 34 años ha participado ya en Mairena en cuatro ocasiones, trayendo su derroche de facultades, pellizco y sentimiento, las mismas que le han valido con anterioridad para obtener otros señalados galardones como el de El Viso del Alcor (en 2007), o el de jaleos extremeños de Badajoz entre los 32 que posee. La noche posterior a su gloria mairenera se alzó igualmente con el premio de Lucena, cuya participación le impidió cantar como ganador la noche del festival (sábado) al solaparse ambos eventos.

Cerró el concurso mientras deliberaba el jurado un entregado e innovador Israel Moreno al baile, en cuyo cuadro flamenco se integran las peculiares voces y estilo de Juan Murube y Alicia Acuña. Israel fue sobre el escenario un derroche de energía, fuerzas y ganas, causantes quizás de la rotura que sufrió en su pantalón forzándole a cambiarse en mitad de la actuación. La incorporación a su danza flamenca de pasos, giros y movimientos profanos inspirados en Michael Jackson o en Fred Astair constituyen buena parte del original atractivo de su estilo.

Aroa Cala, David Hornillo, Javier Rivera y Antonio Haya "El Jaro" fueron los demás participantes con buen nivel en general, mientras que el jurado lo integraron el "tocaor" Pedro Sierra y los cantaores Fernando Mairena, Manuel Calero, Marcelo Sousa, y Antonio Morillo. Por su parte, la niña Rocío Luna abrió la noche como ganadora del premio joven, que en principio no se iba a conceder este año por las estrecheces económicas. Sin embargo, tal determinación fue más tarde revocada por la organización tras escuchar la calidad demostrada por la chica, de 12 años, y natural de Cañada del Rabadán (Córdoba). En su caso, el galardón venía conquistado en la fase preselectiva, aunque como intérprete le tocó romper el hielo de la noche con la guitarra de Fernando Rodríguez. Su buen hacer a pesar de tan precoz edad maravilló y encendió el graderío.

Parrondo en el corazón.- El cantaor carmonense José Parrondo recibió poco antes del descanso el reconocimiento a su mairenismo por la Casa del Arte Flamenco Antonio Mairena. Un sentido homenaje que incluyó la imposición de la insignia de oro de la entidad por su presidente, Manuel Jiménez Ríos, dada su condición de único cantaor que atesora todas las categorías de premios acuñados por el certamen a lo largo de su historia. Parrondo es además un declarado orgulloso mairenista, al margen de maestro del cante y excelente persona como todos coincidieron en resaltar. En el transcurso del acto, el artista alardeó de sentirse en su casa, y antes de ejecutar a modo de regalo unas soleares y alegrías (junto a Manolito Herrera en la sonanta) deleitó a los concursantes con la acertada cita del escritor carmonense y ex director de El Correo José María Requena que reza: "Estudiar a Antonio Mairena como el árbol nuevo que aprende del viejo".

MIGUEL POVEDA LLENÓ Y CONVENCIÓ

- Antonio Ortega y Castulo estuvieron a la altura incorporando a sus repertorios letras referidas a Mairena

No hubo crisis de público este año en el festival ni el concurso de Mairena, que en el caso del primero agotó las entradas con lleno absoluto del patio de butacas. A sólo 10 euros y con Miguel Poveda, el cantaor de moda como reclamo, pocos eran los que albergaban dudas de que el lleno se produciría como así ocurrió. El festival, de manera excepcional, estuvo esta vez terminado para eso de las tres de la madrugada, pero antes el artista catalán se encargó desde la humildad de dejar claro que él encarna a la estrella flamenca más popular y querida del momento. Desde su salida hasta su adiós. Una despedida con saludo particular y cariñoso al cantaor visueño Segundo Falcón, sentado en el patio de butacas como muchos otros paisanos suyos que acudieron al festival.

Poveda tuvo al público metido en el bolsillo durante toda su actuación, aunque rehusó ejecutar las coplas y cantes ligeros que le pidieron al considerarlo incompatible con el formato del festival. Feliz, como las demás veces que pisó Mairena, abrió su recital con un austero cante por tonás para luego desgranarse por seguiriyas, malagueñas, alegrías, la soleá de charamusco, bulerías o livianas, y una sucesión de palos diversos acometidos a ritmo de bulerías, que dejaron prendados a los más eruditos de este arte gitano-andaluz, como lo definiera Antonio Mairena. Actuación estelar de la noche para la que Poveda estuvo acompañado por unos flamencos excepcionales: Juan Gómez Chicuelo a la guitarra, al cajón Paco González, y en las palmas y jaleos Luis Cantarote y Carlos Grilo.

En la primera parte, el mairenero Antonio Ortega hijo abrió brecha con malagueñas con remate por cantes abandolaos, tientos tangos y unas seguiriyas que dedicó a la Casa del Arte Flamenco Antonio Mairena (cuyo premio principal ganó en 2007) por la hazaña de este año al sacar adelante el concurso en las circunstancias dadas. Lo acompañó a la guitarra Manolito Herrera en una actuación que incluyó estrofas a Mairena, y en la que derrochó facultades como es costumbre en él. Puso broche final a su aparición con un fandango sin micro que pudo escucharse con nitidez en todo el recinto, antes de dar paso con la misma guitarra a un inspirado Manuel Domínguez Castulo que hizo magistralmente soleares, bulerías (con estrofas igualmente dedicadas al pueblo), y que emocionó en su remate con el romance de charamusco de Antonio Mairena que luego repetiría Poveda. En el baile, tras el descanso, Rafael Campallo arropado por su grupo dio una lección de elegancia al baile, de corte clásico dentro del flamenco, y construido desde la contención interior a pesar del derroche de forma física exigible para tal esfuerzo. Aun así, su baile se percibió por los presentes desde más sutil naturalidad como parte de su encanto.

Reconocimientos a Cajasol y la Diputación.- Poco antes del descanso, el festival que clausura el Año del Centenario Natal de Antonio Mairena rindió un discreto homenaje a la Diputación y Cajasol (que conmemora su 175 aniversario) por la inestimable colaboración que tradicionalmente prestan al festival mairenero, circunstancia mucho más destacable en año de "vacas flacas" como éste. Al escenario, para recibir los galardones, subieron el presidente del organismo provincial, Fernando Rodríguez Villalobos, y el presidente de la entidad de ahorro, Antonio Pulido, junto al alcalde Antonio Casimiro Gavira.