La pertinaz aunque no intensa lluvia que cayó durante toda la mañana de ayer domingo en Mairena del Alcor aguó la romería en honor de la patrona, Nuestra Señora de los Remedios. La fiesta, que coronaba casi el mes de actos en su honor, no consiguió pese a todo abortar las ganas de celebración de los romeros, que atomizados en decenas de fiestas particulares en garajes y cocheras, cumplieron con el ritual de diversión de cada septiembre.

Las celebraciones más masivas tuvieron de escenario al recinto ferial, muy ambientado hasta bien entrada la noche. Fue una especie de macrobotellona bajo la atenta mirada de las fuerzas de seguridad, Policía Local y Guardia Civil de Los Alcores, que extremaron su vigilancia y seguimiento en un intento de evitar incidentes por los excesos. Nada grave ha trascendido que ocurriera.

La suspensión de la romería hasta el pinar de La Salve estaba cantada desde primeras horas de la mañana, barajada ya desde el sábado como la opción más posible por la hermandad patronal, según su cabeza Regino Mauri, habida cuenta del certero pronóstico que emitía el servicio meteorológico. Incluso si hubiesen cesado las lluvias, con la caído hasta las 12 de la mañana (hora de toma de la decisión definitiva), los caminos resultaban ya impracticables y arriesgados pasa soportar el paso de la comitiva.

Con todo, la celebración religiosa de la función principal en torno a la Virgen de los Remedios sí se llevó a cabo con toda normalidad en la ermita de San Sebastián con tintes rocieros en lo musical, e importante presencia de devotos ante la Señora y su Simpecado. A éste poco pudo verse por las calles del pueblo, pero las ganas de camino y campo de tantos maireneros y maireneras que esperaban hacerlo con avidez, quedan desde ya sumadas a las que se conciten desde ahora para hacer del próximo año, si el tiempo lo permite, una fiesta aún más pletórica. Es el sentir general del romero de Nuestra Señora de los Remedios de Mairena del Alcor.