(28-abr-2007) Obras de demolición de un edificio ante el grave riesgo de derrumbe



Informa: Chema Cejudo

El ayuntamiento de Mairena del Alcor a través de su gerencia de urbanismo acaba de demoler el edificio de dos plantas de calle Trianilla, 17 esquina con Antonio María Claret por la situación de ruina con grave riesgo de derrumbe en que se hallaba desde que el pasado 11 de agosto se iniciaron las obras de demolición del inmueble situado a sus espaldas, un viejo taller de cerrajería, para edificar en su solar un bloque de 11 pisos con garaje-sótano.

Según una de las familias propietarias de los dos pisos de que constaba el edificio (junto a un garaje a nivel de suelo) todo comenzó a tempranas horas de aquella mañana cuando una máquina retroexcavadora iniciaba los primeros trabajos de demolición “sin previo aviso y contando con la preceptiva licencia de demolición”, sostienen.

Los fuertes golpes y temblores en una zona cuyo suelo es de relleno hicieron crujir la edificación propiciando la apertura de grietas localizadas en diferentes puntos. Fue por ello que alertadas de inmediato la Policía Local, los técnicos de urbanismo del consistorio y los responsables de la constructora, CONCAR, S.L, se adoptaron medidas de seguridad por ésta como el apuntalamiento del bloque con jabalcones por el exterior y puntales en su interior. Sin embargo no se paralizaron los trabajos, para los que poseía licencia de demolición.

Así se mantuvo la situación hasta el 25 de octubre, cuando la única familia residente en la actualidad en una de las viviendas se vio obligada a desalojarla con urgencia para instalarse en casa de unos familiares ante el riesgo evidente de desplome. Los desprendimientos y caídas al vacío de baldosas del suelo de su hogar así se lo denotaron, por lo que acto seguido el ayuntamiento mairenero decide acordonar el exterior del edificio ante el riesgo para la seguridad vial en las dos calles de vertido de sus fachadas. La medida se amplía a la restricción del ya de por sí complicado tráfico de la céntrica zona.

Ese mismo día la empresa culminó los trabajos de demolición sin autorización para acometer las obras de construcción hasta que el 30 de marzo se la concede la Gerencia Municipal de Urbanismo in extremis tras dos paralizaciones previas decretadas por ese organismo municipal ante los intentos de inicio de las obras de nueva planta por parte de la constructora.

La familia Jiménez Campuzano, cuyo titular, Jacinto, levantó la edificación con sus propias manos junto a su fallecido padre hace 36 años, se queja amargamente de haberse quedado en la calle a pesar de no tener ninguna responsabilidad en lo ocurrido, así como de haber perdido otros muchos bienes que las precarias condiciones de estabilidad del edificio le impidieron evacuar. Se queja asimismo del escaso respaldo obtenido por las autoridades urbanísticas maireneras, “que llegaron incluso a declararse no competentes para paralizar las obras que habían autorizado, y que han desoído nuestras múltiples advertencias”, asegura. Por todo ello, han elevado su caso ante la Justicia al objeto de que se esclarezcan los hechos, se depuren posibles responsabilidades y se les reparen sus derechos.