(28-Dic-2006) La residencia de ancianos se ampliará hasta las 100 plazas



Informa: Chema Cejudo

Cuando José Miguel Brenes se iniciaba en la cerámica como artesano autónomo allá por el año 1989 no podía ni imaginar el alcance que con el tiempo, su buen hacer, y un poco de suerte deparaba el futuro al artesano de Mairena del Alcor. Hoy muchas de sus piezas de cerámica se enseñorean en espacios privilegiados de medio mundo.
La aventura comenzaba en el año 1.990 cuando el artista decide abrir taller propio tras un periplo formativo de años de la mano del maestro Antonio González, otro artesano en la materia natural de Sevilla aunque radicado en la comarca. Otra parte del peso formativo recayó en los estudios de Bellas Artes que cursó entre los años 84 y 89, simultaneados con la práctica en el taller del maestro.

La protohistoria de la empresa no se comprendería igual sin la incorporación a la misma de su hermano Juan Carlos, quien dentro de ella no sólo encarna la figura de otro accionista y trabajador, sino el papel del ceramista tradicional que ha aprendido el oficio con mucha práctica y querencia.



Hoy la empresa ceramista de los hermanos Brenes emplea a seis personas en sus nuevas instalaciones de polígono Gandul, y su producción les vuela de las manos ante el reclamo nacinal e internacional de su calidad. Así, famosas son sus recreaciones de los monumentos típicos maireneros como la fuente de Alconchel, el castillo, la casa palacio y otras típicas estampas que ya son un clásico en los zaguanes de muchas casas señoriales del pueblo; o sus elegantes balaustradas para balconadas o jardines; remates de azotea; los mosaicos que luce la iglesia de San José de Palos de la Frontera; el Vía Crucis del templo del monasterio onubense de La Rábido, datado este mismo año; el emblemático San José que preside y nomina al cementerio de Mairena; o la multitud de zócalos o murales que tiene colocados en multitud lugares del mundo como Berlín, Canarias, Andorra, Francia, o diversos puntos de toda América, al margen de lugares más próximos; o los cafés y otros espacios de restauración que han decorado. Además, los hermanos Brenes han patentado un bello modelo de fuente para jardines que ha tenido excelente acogida, como también firman la mayor parte de los rótulos viarios que se colocan en la actualidad en su entorno inmediato gracias a una combinación de calidad y precio que saben bien apreciar los consistorios.

El clave del éxito radica en la calidad del dibujo, que el propio José Miguel se encarga de aplicar minuciosamente sobre las teselas, ya bañadas, y tras un estudio previo hecho a lápiz. Luego se impriman los colores con una técnica emparentada con la acuarela aunque enriquecida con óxidos de metales, para por último, proceder al cocido y esmaltado en el horno a 980 grados de temperatura.

Un museo de Murillo en su pueblo.- Mención aparte en la trayectoria artesanal de los Brenes es la recreación de una vasta parte de la obra religiosa del célebre Murillo sobre los muros de la ermita de María Inmaculada mairenera, que de facto confieren al recinto religioso la categoría de museo. Se trata de un conjunto de mosaicos aún poco conocido a pesar de que fue abierto al público en 2005 tras un proceso de elaboración de 3 años. En él se involucraron a nivel material los propios ceramistas junto al consistorio del pueblo y la hermandad de La Borriquita, cuyo entonces tesorero Antonio Morales inspiró el proyecto encargándose.



Tanto esfuerzo se concretó en ocho grandes mosaicos de 126 piezas y 1,90 por 2,50, que distribuidos a razón de cuatro en cada uno de los muros laterales de la nave central reproducen fielmente obras del universal genio sevillano como La adoración de los pastores, Santa Ana y la Reina Niña, El Bautismo, La Resurrección, La Anunciación, La Inmaculada, La entrada de Jesús en Jerusalén, o La Coronación de la Virgen, excepcionalmente de Velázquez. Albergados en sus correspondientes hornacinas, éstos se organizan temáticamente en torno a la vida de Jesucristo. Así, los del muro de la izquierda (si se mira desde el altar mayor) recrean su infancia, mientras los de la derecha hacen lo propio con su madurez. Como elemento de intersección, los de en medio albergan siempre a la figura de la Virgen sin abandonar la temática.

Entre las más de mil piezas elaboradas para el total del conjunto por los artesanos se hallan también las que motivan el altar mayor en sus flancos y frontón, de menor tamaño y referidas al Misterio del Espíritu Santo. Completan el conjunto las ubicadas en el presbiterio de la ermita de barrio, referidas a lienzos del mismo pintor aunque sobre la temática de Jesús en su infancia, como no podía ser menos tratándose de la iglesia desde la que procesiona La Borriquita de Mairena durante la Semana de Pasión. Tampoco faltan allí otros que aluden a la Virgen de Fátima (que se venera en el propio templo) o al patrón de la villa, San Bartolomé.