(11-Sep-2006) “A Contratiempo” de María Serrano cautivó en Mairena



Informa: Chema Cejudo

El quinto montaje de la bailaora sevillana María Serrano no hizo honor a su título ganándose al público de Mairena del Alcor, su pueblo adoptivo, desde el primer momento de su estrenó anoche en el teatro municipal del pueblo. Con él la niña (hoy mujer) del barrio de Nervión da nuevos pasos en el difícil mundo del baile buscando ser ella misma pese a su admiración confesa por las primeras figuras de este arte en la actualidad. En “A contratiempo” la bailaora plasma su amor por la danza practicado desde su más tierna infancia, y se asiste a la materialización de un sueño forjado pasito a paso desde que su abuelo creyó en ella y se implicó apoyando una vocación sobrevenida en el seno de una familia de fruteros sin antecedentes artísticos.

Colgó el cartel de no hay billetes minutos antes de cosechar andanadas de aplausos y vítores sin fin, compartidos en varios números con su primer bailaor, Ángel Muñoz, un gaditano que suma en su haber la participación en compañías como la de María Pagés o Chiqui de Jerez como pasos previos a su incorporación a la compañía de la Serrano. Su cierre en solitario de la primera parte resultó sencillamente genial.

En su conjunto, el de anoche en Mairena fue un espectáculo flamenco en su integridad, con el que la bailaora rompe una tendencia al mestizaje del flamenco con otros estilos ajenos como el tango o la salsa, que –eso sí- pasados por el tamiz de su creatividad y buenas maneras siempre casaron al natural. Pero aún dentro del flamenco, la directora de la compañía no se sustrajo a esa tendencia tan suya a la innovación, de ahí que tanto en el cante como en el baile o las formas la tradición y la vanguardia se abrazaran con profusión.

Sonaron en simbiosis tangos, farrucas, serranas, bulerías por soleares, soleares, serranas, tarantas, coplas flamencas, e incluso un peculiar fin de fiesta donde el trío cantaor formado por Inmaculada “La Carbonera”, Marga de Jerez y Francisco Rodríguez Ramos no sólo cantaron a pleno pulmón, sino que se atrevieron a marcarse unos pasos de baile que hicieron un guiño al público. Seguramente, la directora quiso hacer bueno el dicho de Warhol de que “todo el mundo tiene derecho a sus quince minutos de gloria”. Y resultó.

Las grandes dosis de innovación traslucieron igualmente en los pasos de baile de una María en plena forma, temperamental, sensible y con grandes dosis de comunicatividad con el público, que en más de una ocasión se levantó de sus butacas irrumpiendo en aplausos. Sin duda, los nervios que tantos estragos le han causado en la voz los días previos se esfumaron ante la reacción del respetuoso público de Mairena, tierra de buenos cantaores que no obstante nunca ha dado una primera figura del baile y deposita en María unas ilusiones fundadas.

En “A contratiempo” María innova también en la puesta en escena, que se sirve de unos simples bancos como soporte para bailar sentados los tangos de la apertura. Se trata del único mobiliario en escena, pues que a lo largo del tiempo la bailaora ha ido descartando estos elementos en beneficio de los juegos de luces. De igual modo, la directora de la compañía ha renunciado a la línea argumental en este espectáculo, aunque sí reconoce un hilo conductor, el encuentro entre los dos sexos que ella misma recrea en sus danzas con el cuadro de bailaores, que completan Antonio Granjero, Javier Soriano, Manuel Salao, y Fernando Galán. El uso por ellos del socorrido vaquero en algunos de los números viene a abundar en los deseos de innovación de María Serrano, que en su propio caso recrea con la utilización de ropa de calle en aras del pretendido afán de romper mitos y tópicos.

Otra mención especial meritoria es para el grupo de músicos que arropa el espectáculo, integrado por el flamenco piano de Ernesto Cienfuegos, el preciso bajo de Pablo Pradas, las conjuntadas guitarras de Juan Carlos Berlanga y Rafael Montilla Recio, y la muy a compás percusión de Jorge Aguilar Enciso.

Se trata, en síntesis, de un espectáculo que aúna una buena labor de equipo y acertada dirección, por lo que le deseamos a la compañía mucha suerte con el nuevo montaje, que comenzarán a vender a partir de 2007 para relevar al anterior, “Flamentango” (2004). Éste todavía tiene adquiridos importantes compromisos con el público de Canadá y Portugal, entre otros y antes de que concluya el año, tras su largo recorrido por casi toda Europa, o lugares más exóticos y apartados como Taiwan y Japón.