(3-Sep-2006) El público respaldó con su presencia la semana más flamenca de Mairena



Informa: Chema Cejudo

El público con su presencia e interés respaldó todos los actos y espectáculos puestos en marcha en Mairena del Alcor entre el pasado martes y sábado, aglutinados en torno a la XLV edición del festival de cante jondo Antonio Mairena, cuya celebración pone el broche final a la temporada veraniega de estos espectáculos en Andalucía.

Durante las noches del martes, miércoles y jueves el Patio del Pozo de la Casa Palacio de los Duques de Arcos se llenó para asistir a las segundas jornadas de estudios flamencos, que dedicadas a desentrañar la figura del mítico Enrique El Mellizo, su obra, y la conexión de ésta con Antonio Mairena concitó a los ponentes Manuel Martín Martín (crítico), Antonio Benítez Pérez (presidente de la peña El Mellizo en Cádiz), y Ramón Soler (estudioso de la Fundación Antonio Mairena). Junto a ellos, y en el mismo orden cronológico se sucedieron los buenos recitales de cante del paisano Antonio Ortega Hijo, May Fernández, y Paquito Reyes. El primero con la guitarra de Niño Elías, en tanto Niño Leo acompañó a los otros dos. La organización estuvo a cargo de la delegación de Cultura, Festejos y Juventud.

JOSÉ MANZANO GANA EL CONCURSO.- En cuanto al concurso, el sevillano José Manzano consiguió por fin alzarse como ganador la noche del pasado viernes, tras varios intentos en los años precedentes. Con el toque de sonanta de Manuel Herrera, el cantaor actuó en octavo lugar interpretando soleares y seguiriyas, respectivamente. El segundo lo obtuvo la pacense Esther Merino (con la guitarra de Fernando Rodríguez), que intervino en undécimo lugar interpretando tangos y bulerías. El tercero fue para el cordobés de Villa del Río Joaquín Garrido, que desgranó malagueñas y cartageneras al toque de Sergio García, actuando en segundo lugar. En el grupo joven destacaron Lidia Montero (de Villaverde del Río) como primer puesto, y Sonia León (de Calañas, Huelva) en segundo. El resto de participantes hasta el total de 12 finalistas obtuvieron respectivos accesits por importe de 200 euros.

El consolidado concurso fundado por Antonio Mairena contó con una asistencia de público muy generosa esta edición, muy próxima al tercio del aforo del auditorio de la casa labriega mairenera. Se rompía así la tendencia a la intimidad de los últimos tiempos.

Mención especial merece el homenaje tributado a la carmonense Asociación Cultural Flamenca Amigos de la Guitarra momentos antes del descanso. Éste consistió en la entrega de una placa al presidente de la activa peña, José Miguel Acal, quien recíprocamente hizo lo propio a su homólogo en la mairenera Casa del Arte Flamenco, Diego Jiménez, mediante una reproducción en miniatura de la Puerta de Córdoba de su ciudad.

JOSÉ TIRADO NO DEFRAUDÓ LAS EXPECTATIVAS EN EL FESTIVAL.- En cuanto a la noche grande del cante, la del sábado, el mairenero José Tirado no defraudó las expectativas creadas con su regreso al cante por la puerta grande ante el público de su pueblo. Hizo en primer lugar unas emotivas soleares dedicadas al mairenismo, que materializó en los fallecidos Cascabel de Mairena y el Niño Confite. Luego vinieron seguiriyas, y tientos tangos para rematar. Se ha cuidado como había manifestado antes del evento y se nota. Como se notó la armonía que estableció sobre el escenario con Niño Carrión. Si continúa por ese camino, El Tiburón devorará los escenarios.

Magistral estuvo también Antonio Ortega Hijo sobre un escenario que para él es ya una prolongación de su sala de estar. Remató por fandangos fuera del micro con un público entregado que no paraba de jalearlo. También estuvo acompañado por Niño Carrión.

A continuación actuó Carmen Linares, cuya voz no está en su momento de mayor potencia, aunque supo administrarla como la excelente profesional que es hasta agradar a un público que no tiene en su estilo el paradigma del flamenco. Con la guitarra de Miguel Ángel Cortés desgranó unas cantiñas, tarantas, soleares de Triana, cerrando por bulerías.

La memoria de Fernanda de Utrera y El Turronero (ambos cantaores de Utrera recién fallecidos) planeó a lo largo de toda la noche en el festival, con alusiones incluso en el homenaje que se tributó a Juan Manuel Suárez Japón minutos antes del descanso, que a casi todos los presentes parecieron muy dilatados, máxime considerando el carácter político de los presentes, y sin desmerecimiento de la figura del homenajeado, a quien todos reconocemos su valiosa aportación al flamenco y la cultura, ahora desde su puesto de rector en la Universidad Internacional de Andalucía. Su semblanza fue leída por la consejera de cultura, Rosa Torres, al igual que la concejal mairenera del mismo área, Eli Sosa, reprodujo el mensaje de adhesión del guitarrista Manolo Sanlúcar. El alcalde, Antonio Casimiro Gavira, le hizo entrega de la placa.

La segunda parte se abrió con el baile de El Güito, en su línea de calidad habitual que entusiasmó, para proseguir con el tándem que conforman Calixto Sánchez y el guitarrista Manolo Franco, que marcaron otro momento estelar en la noche. Tras interpretar unas granaínas, seguiriyas, alegrías, y bulerías no pudo sustraerse a los ineludibles fandangos a petición de un público que lo adora y aprecia su autoridad en el cante y profesionalidad. No ocurrió así con un subido José Mercé, que hizo los cuatro cantes sin atender en ningún momento el bis que reclamaba el público que creyó en él desde chaval y sigue apreciando su compás sin límites de gitano de Jerez, y su maestría perenne al margen de los “mammy blues” que tanto se le reprochan.

Y, como sorpresa de la noche, la ausencia en el espectáculo del ganador del concurso de la noche anterior en contra de lo habitual y rompiendo una norma, además de la entrada, que no completó el aforo contrariamente a las previsiones, relegándose a los tres cuartos. En lo que no hubo sorpresas fue en el cierre, que como marca la tradición culminó la ronda de tonás de los referidos por este orden: Antonio Ortega hijo, José Tirado, Carmen Linares, José Mercé, y Calixto.