(19-Oct-2004) El Castillo abrirá como museo en el año 2005

Informa: Chema Cejudo

Los trabajos preparativos para la apertura como museo del Castillo de Luna de Mairena del Alcor entran en su fase final con la clausura de la Escuela Taller Castillo II. A través de ella, puesta en marcha por el Consistorio en colaboración con el Ministerio de Trabajo, se han acometido las tareas de mayor envergadura en los trabajos de recuperación de este espacio, tras un periodo de abandono que se remonta a la desaparición de la viuda de Jorge Bonsor, Dolores Simó. Según calcula el alcalde mairenero, Antonio Casimiro Gavira, el museo, que albergará la colección Bonsor, podría inaugurarse en el primer semestre de 2.005. Como anticipo, y con la intención de mostrar lo hecho hasta ahora, se han planificado unas jornadas de puertas abiertas para los próximos días 25 al 30 de octubre, en las que se mostrarán los trabajos al público en general, y a los escolares de la comarca de forma específica, ya que desde que se ha difundido la idea de abrir el castillo (aunque sólo sea por unos días) el chorreo de inscripciones procedentes de centros escolares se muestra incesante.

Las actuaciones en el recinto amurallado que alberga a la fortaleza se remontan a 2.001, cuando con vistas a su recuperación se invirtieron los primeros 400.200 euros de la Casa de Oficios que igualmente gestionaron el Consistorio y el Ministerio de Trabajo. La que ahora concluye, por su parte, ha elevado la cifra hasta 1.015.336 euros desde su puesta en marcha hace ahora dos años, de los que 180.304 han sido aportados directamente por el Consistorio. A partir de ahora, y para ver culminado el proceso, sólo restan por dar pequeños retoques en el cerramiento exterior del recinto, o cerrar con Sevillana- Endesa las negociaciones en marcha para resolver el problema de iluminación exterior del recinto. Algo más de tiempo necesitará la restauración de la Colección Bonsor, que se está realizando de manera paralela.

Entre las actuaciones ya culminadas figuran la construcción en dos fases de una sala de exposiciones de 120 metros entre la muralla del siglo XIV y el antemuro del XV, aprovechando un desnivel en el antiguo patio de armas del castillo. También han sido objeto de intervenciones las torres Campanita (situada al noreste) y la Del Duque (Noroeste). Otras actuaciones consecutivas a lo largo de los dos ciclos formativos que ha dirigido María Dolores Carmona Barroso, han consistido en la instalación de nuevos cerramientos en todo el perímetro del conjunto, para los que se ha utilizado la inconfundible roca amarillenta del alcor como piezas de mampostería. Precisamente en el tramo más elevado del cerramiento (parte sur), que se orienta a la Vega, se ha abierto un paseo-mirador. Además, se han repuesto todos los espacios ajardinados siguiendo al pie de la letra el trazado que diseñó el afamado arqueólogo, para luego repoblarlos con las mismas especies autóctonas. Por último, se han modificado los accesos desde calle Castillo, donde se ha derribado un viejo muro para construir una plazuela ajardinada desde la que se accederá a la fortaleza a través de la plaza de armas. Todas estas actuaciones se han inspirado en el proyecto ideado hace años por el equipo de arquitectos de los hermanos Rubiño y Pura García, aunque el ayuntamiento finalmente rehusó a su aplicación estricta.

De acuerdo con este diseño, el conjunto monumental y la colección son concebidos como realidad en interacción, respetándose en los espacios las adaptaciones, modificaciones y restauraciones efectuadas por Bonsor a lo largo del siglo XX. El único espacio novedoso lo constituye la recién alzada sala de exposiciones. Por lo demás, a los espacios se integrará el aljibe o mazmorra, para lo cual se ha abierto un acceso hasta subsuelo del patio de banderas, lugar donde se ubica.

En cuanto a las innumerables piezas que componen la colección Bonsor, y que la arqueóloga Ana Gómez Díaz se afana por recuperar totalmente desde hace varios años junto a sus alumnos, se volverá a colocar en las cuatro dependencias que construyó Bonsor inspirándose en el pabellón de estilo mudéjar que España construyó en París para la Exposición Universal de 1.889. En ellos, las piezas de la colección se dispondrán tal y como originariamente las colocó su fundador, ya que antes del desmontaje de 1.994 se inventarió y fotografió íntegramente con vistas a respetar su posterior instalación. El desmontaje y embalaje de la misma estuvo forzado por la maraña administrativa que envolvió tanto al recinto como al proyecto tras la muerte de su autor, y que estuvo a punto de dar al traste con ella por efecto del deterioro. La oxidación de vidrios, marfiles o metales, sin embargo, no se pudo evitar totalmente, como tampoco el apolillamiento por la acción de la carcoma en las piezas de madera. Algunas de ellas se han tenido que reconstruir casi en su integridad.

La colección, que al igual que el inmueble es hoy propiedad de la Consejería de Cultura, será expuesta en el nuevo espacio museístico que gestionará el Ayuntamiento de Mairena del Alcor amparándose en el soporte legal de un convenio de cesión por 50 años, que contempla la opción de compra. El espacio expositivo se organizará por bloques, atendiendo al siguiente esquema: Obra creativa, que exhibirá los lienzos pintados por el polifacético Bonsor; Arqueología, con una extensa colección de piezas del Neolítico y las culturas pre-románicas peninsulares, con especial profusión de muestras del periodo Campaniforme; Coleccionismo, que compondrán tarros, cerámicas, objetos curiosos como el sinfonio, y su colección de pinturas de Valdés Leal (alguna se echará en falta porque tuvo que ser vendida por su viuda), adquirida básicamente a las monjas del convento de Santa Clara de Carmona. Otra sección mostrará su peculiar Mobiliario, destacando el despacho personal, butacones Morris ingleses, o un sofá isabelino. Por último, el apartado de Memoria histórica recogerá la ingente cantidad de fotos atesoradas por el hispano-anglo-francés, que también cultivó esta técnica. Las de mayor interés ilustran el proceso de excavación de la necrópolis carmonense, o la reconstrucción del castillo mairenero, así como estampas pintorescas de la comarca y algunas de sus vivencias familiares y personales.