(11-Oct-2004) Ampliarán el medallero para reconocer a García Martínez

Informa: Chema Cejudo

Con la imposición, en fecha aún por concretar aunque a corto plazo, de la Medalla de Oro de la Villa de Mairena del Alcor al ciclista paralímpico Antonio García Martínez se cumplirá el acuerdo capitular unánime del pasado martes día 5, que distingue con el máximo galardón local al veterano deportista mairenero por una carrera deportiva ejemplar, cuyo hito culminó el pasado 27 de septiembre al hacerse con una de las 20 preseas de oro conquistadas por deportistas españoles en los recientes juegos paralímpicos de Atenas 2.004, donde se alzó con la máxima puntuación en las pruebas de contrareloj y fondo en carretera.
El nuevo reconocimiento, sin embargo, tendrá que superar antes un escollo administrativo, el de la ampliación del medallero del preciado metal que a fecha de hoy dispone el Consistorio, y que legalmente se ampara en el reglamento de honores y distinciones municipal del año 1.965, que se aprobó con fecha 12 de junio por la Corporación que presidía el afamado médico Agustín Jiménez Jiménez- Vallejo.

El texto del viejo reglamento contemplaba sólo la acuñación de cuatro insignias de oro con los símbolos del pueblo incrustados, que se encargaron al joyero local Antonio Ojeda Ponce. Sin embargo, aquellos capitulares de mediados de la pasada centuria se quedaron cortos en sus previsiones, tal vez porque de hecho nadie podía entonces prever a tan largo plazo la importante cantidad de personajes a destacar que daría el pueblo, como tampoco el hecho de que a los patronos de la villa les fueran impuestas las áureas insignias. Así las cosas, la que próximamente recibirá García Martínez procederá de una nueva hornada, aunque -eso sí- guardará una absoluta similitud con las ya concedidas hasta el punto de estar como las anteriores asidas a un lazo azul, u ofrecer la doble posibilidad de lucimiento prendida o colgada. El reglamento que les da razón de ser será parcialmente retocado en breve espacio de tiempo, lo que permitirá ampliar el medallero a un número ilimitado de piezas, según ha explicado el alcalde mairenero, Antonio Casimiro Gavira Moreno.

La primera medalla de oro de Mairena del Alcor se entregó en 1.991 a Ntra. Sra. De los Remedios, patrona de la Villa. Dos años después se condecoró a título póstumo al atleta Miguel Ángel Gómez Campuzano por su brillante trayectoria deportiva, segada en plena juventud por un accidente de motos. Otra presea se entregó en 1.997 al patrón San Bartolomé, mientras que la última de las previstas recayó en Eva María González Fernández en 2.003, coincidiendo con su elección para el título de Miss España.
Sin embargo, y a pesar de las limitaciones expresadas, el vetusto reglamento recogía otras muy amplias posibilidades para la condecoración, materializado en un extenso medallero en plata limitado en el número de 8 ejemplares, que se elevaba hasta 16 en el caso del bronce, y que en ambos casos permanecen intactos a fecha de hoy. Además, incluía otras importantes modalidades de reconocimiento, como las de Hijo Predilecto de la Villa, Hijo Adoptivo, o Diplomas de Gratitud.

No han corrido tan yerma suerte estas tres últimas modalidades, a las que el Consistorio sí ha recurrido en varias ocasiones para laurear a sus hijos más destacados. Así, como Hijos Predilectos han sido reconocidos a fecha de hoy dos maireneros: el fallecido cantaor Antonio Mairena, que recibió el título con fecha 27 de noviembre de 1.981; y el jubilado catedrático de Bellas Artes Antonio Gavira Alba, a quien se le concedió con fecha de 25 de marzo de 1.983.

Sí permanece baldío, al igual que los medalleros de plata y bronce, el Título de Hijo Adoptivo, aunque se han entregado pergaminos de reconocimiento y gratitud hasta en tres ocasiones, en que recayeron sobre seis destacados profesionales y personas vinculados a círculos artísticos del pueblo. El primero lo recibió en 1.982 tras su jubilación la maestra Isabel Esquivel Corrales; por segunda vez se distinguió al alimón a dos médicos de infatigable entrega con el pueblo y sus gentes, los doctores Enrique Fernández Hidalgo y Lutgardo Retamino Sarmiento. Por último, en 1.988, los pergaminos recayeron sobre el entorno del difunto pintor vallisoletano José Manuel Capuletti, artista férreamente vinculado al pueblo y al flamenco a través de Antonio Mairena. Se laureó también entonces a su viuda, Pilar López, así como a su secretaria, Josefa Martín Jiménez.