(5-Agosto-2004) La Comisión Provincial de Urbanismo deniega la legalización de tres urbanizaciones

Informa: Chema Cejudo

Tres de las urbanizaciones que hace unos meses habían recibido el visto bueno por parte de las autoridades urbanísticas de Mairena del Alcor para ser legalizadas no se legalizarán, al menos por el momento. Así lo ha decidido la comisión Provincial de Urbanismo, dependiente de la delegación de la Consejería de Obras Públicas y Transportes de la Junta de Andalucía, en una resolución fechada el pasado día 4 de junio, que ayer se hizo pública en el transcurso de un pleno municipal. Las urbanizaciones en cuestión son “La Hijuelilla”, “El Molino Romano” y “El Cerro de los Camellos”, y las razones esgrimidas por el organismo provincial para la denegación de este trámite se sustenta en varios argumentos. En principio, no se acepta el procedimiento empleado por el Consistorio para cambiar la calificación de los terrenos de su catalogación actual como rural no urbanizable a urbano a través de modificaciones parciales y unitarias de las Normas Subsidiarias que les afectan. Así se había iniciado el proceso sobre la base de los acuerdos plenarios de 27 de febrero de 2.003 y 16 de febrero de 2.004. Al respecto, el organismo provincial sostiene que la figura correcta para acoger los cambios sería otra de carácter más general y global que contemplara los tres casos, como por ejemplo el futuro PGOU. Además, la comisión sugiere que se resuelvan de manera adecuada los sistemas generales de comunicación e infraestructuras de las tres urbanizaciones con documentación anexa aportada por las empresas prestadoras de estos servicios.

La asamblea corporativa de ayer en el Ayuntamiento de Mairena del Alcor, no obstante, no tenía como finalidad comunicar el dictamen a los parcelistas. Convocada a petición de los partidos de la oposición: PP, PA, e IU-CA, su intención manifiesta fue la de prestar voz al grupo de propietarios de estas urbanizaciones que se habían visto imposibilitados para regular su situación en el anterior intento para hacerlo realidad ahora que hay que revisar todo el proceso. En nombre del colectivo, los tres grupos de la oposición pidieron al equipo de gobierno socialista la revisión de la normativa municipal, que cifra en 2.500 metros cuadrados el tope mínimo de superficie de cada una de estas parcelas como una de las condiciones para poder ser legalizadas. Se trata del gran obstáculo al que se enfrenta esta cincuentena de propietarios afectados, cuyas propiedades proceden de segregaciones de propiedades “proindiviso”, que han quedado reducidas en su extensión a 1.250 metros.

Desde el equipo de gobierno se sostuvo haber dado a estos propietarios las máximas facilidades que permite la normativa y legislación actuales, exhibiendo como prueba que sólo se iban a quedar fuera de regularización un 10% del cerca de millar de propietarios. En cuanto a favorecer un cambio en la normativa, se mostraron reacios arguyendo que de este modo se facilitaría la especulación, en un momento especialmente sensible en que la tendencia de las administraciones es precisamente obstaculizar este tipo de maniobras por sus nefastas repercusiones para el conjunto de la ciudadanía. También rechazaron las acusaciones de cerrazón a la hora de abrirles la puerta de la legalidad, y sólo consiguieron del gobierno municipal arrancar el compromiso de entablar reuniones con las comunidades de vecinos cuando se comiencen los trabajos de elaboración del PGOU “para ir dando los pasos tendentes a la solución, siempre que la legislación lo permita”, sentenció el alcalde, Antonio Casimiro Gavira. El portavoz del equipo de gobierno, Santiago Navarro, negó la inexistencia de salidas legales para los afectados. Algunas de las posibles pasarían por hacer escrituras de multipropiedad.

El pleno, que duró casi tres horas, se desarrolló en medio de una gran tensión por la presencia de cerca de un centenar de miembros de familias afectadas. Hasta tres llamadas al orden con amenazas de desalojo de la sala tuvo que hacer el regidor municipal mairenero, quien al igual que otros miembros de su equipo de gobierno volvió a ser increpado tras el pleno, tanto en el interior de la Casa Grande como ante su fachada principal a la salida. Por el contrario, también hubo aplausos en la sesión. Fueron prorrumpidos por el público presente cuando el portavoz del PP, José Antonio Acosta, aseguró que no tenía sentido “que el equipo de gobierno complicara tanto un tema de tan fácil solución”. Al final, los grupos de propietarios se disolvieron en medio de una mal disimulada decepción, asegurándose por los presentes que no había existido “voluntad política” del gobierno municipal para dar una salida legal a su situación, como –según aseguran ellos- sí se ha hecho en otros pueblos del entorno.