(8-Junio-2004) Juncias, pétalos y balcones de gala para la fiesta del Corpus Christi

Informa: Chema Cejudo

El Copus Christi de Mairena del Alcor volverá a llenar las calles de la villa el domingo 13 a partir de las 9 de la mañana. Encabezarán la procesión por las calles del casco histórico los infantes que durante el pasado mes de mayo tomaron su Primera Comunión en la localidad, que irán sembrando aire y suelo con aromas y colores en forma de pétalos de rosa. La comitiva continuará con la sonoridad de la Banda de Música Municipal con su uniforme veraniego color blanco inmaculado, autoridades y representantes de las hermandades, así como un gran número de maireneras ataviadas con la típica peina y la mantilla española. Todo ello para envolver a los tres pasos que portarán en andas y vestidos con los trajes de gala de la Hermandad Sacramental sus ufanos costaleros. El primero de los tres será el de la Custodia, al que seguirán el del Dulce Nombre de Jesús con su popular "Niño con El Campanillo", y tras él Ntra. Sra. del Rosario. Cerrarán el cortejo por la retaguardia los tres sacerdotes del pueblo bajo palio.

Las calles del centro histórico volverán a envolverse del característico ambiente de esta fiesta del Corpus, al que contribuyen gran cantidad de elementos. Como en años anteriores, la inconfundible mezcla del aroma de las verdes juncias que los operarios municipales esparcieron por las calles de madrugada se unirán al intenso olor a incienso de la procesión. Los balcones recibirán a la sagrada forma con sus características colgaduras púrpura, bordadas con motivos eucarísticos. Las campanas no darán tregua en su tañer, que se percibirá con mayor ímpetu a los pies de la torre de la parroquia de la Asunción, en cuya peana e inmediaciones se vivirán los más intensos momentos. Patios y zaguanes morunos también se suman al Corpus mairenero, exuberantes para la ocasión, con una cuidada selección de coloristas hortensias y helechos de verdor intenso, que parecieran especialmente mimados por sus dueños para lucir como nunca durante los fastos de la Sagrada Forma.

Una fiesta con raíces en Sevilla y su provincia.- La Hermandad Sacramental, como cada año, acaba de sacar días antes de la fiesta su número anual de la revista El Campanillo. Su director y destacado hermano Manuel Gavira Mateos es un fervoroso estudioso de esta fiesta de tradición cristiana, que según sus investigaciones incorpora desde su origen importantes elementos paganos. De entre los primeros, son de destacar la presencia de la Sagrada Forma, imágenes, el clero, o los estandartes e insignias de las hermandades y agrupaciones parroquiales. Ejemplo de los segundos serían la juncia y el romero, las plantas olorosas, las representaciones teatrales paralelas, o la incorporación de gigantes y cabezudos. Algunos de estos elementos ya han caído en desuso.

Cronológicamente Gavira sitúa el nacimiento de la notable fiesta en Europa central durante el medievo, alentada por un intento de ratificación de la presencia de la sangre y cuerpo de Cristo en la Hostia Consagrada, en un momento histórico caracterizado por movimientos herejes que se la negaban. Sin embargo, no será hasta los siglos XVI y XVII cuando la celebración goce de la suficiente salud y arraigo en Sevilla y su provincia. Durante esta época se popularizó en el Corpus de la capital una popular danza caracterizada por su "fuerte matiz lascivo y estrepitoso", que se danzaba delante de la custodia, y recibía el nombre de "zarabanda".

En Mairena del Alcor, la fiesta ha gozado igualmente de muy buena salud desde aquellos iniciáticos momentos. Así consta en las actas capitulares del Cabildo Municipal de la villa, que ha rescatado Manuel Gavira, dando fe del vigoroso Corpus Christi que ya en los años 1.613 y 1.695, por ejemplo, se organizaba con gran despliegue. Tan remotas destacaban por ser prolijas en danzas con flautas, tamboriles, panderetas, guitarras y castañuelas. Paralelamente a ellas, grupos de actores y bailarines regalaban a los fieles representaciones de los más atractivos autos de comedia, o danzas de gran aprecio popular. Tan ancestrales documentos testimonian incluso conflictos surgidos entre el pueblo y el clero en 1.623, al negarse este último a tomar parte en la procesión local del Corpus. En las actas de años posteriores se comprueba cómo el conflicto con el clero se ha resuelto gracias a la intersección del Provisor de la ciudad de Sevilla.