(28-Abril-2004) Final feliz para la estafa inmobiliaria en Los Naranjos

Informa: Chema Cejudo

La estafa inmobiliaria destapada en Noviembre de 2.002 en Mairena del Alcor, que afectó a 100 futuros propietarios del Núcleo Residencial Los Naranjos se acaba de cerrar con final feliz. La culminación de un escándalo protagonizado por la fuga con 1.081.800 euros de las futuras familias por el constructor José Abensa Musson (hoy en busca y captura por orden judicial tras haber invertido en los futuros pisos sólo 420.700 euros de lo ingresado) se cerró la noche del pasado viernes en el salón de plenos del Consistorio, cuando la nueva constructora que se hizo cargo de las viviendas inacabadas, Construcciones y Reformas del 47, hizo entrega de las llaves a los 44 inquilinos de la segunda fase de la promoción, adelantándose en siete meses sobre el calendario comprometido por escrito. La nueva constructora local ya el pasado año culminó con el mismo éxito la entrega de otra primera fase de 56 adosados, cuya entrega de llaves no trascendió a la opinión pública.

El ambiente de euforia e ilusión era palpable entre los familiares y propietarios que se citaron en las dependencias municipales con la intención no sólo de retirar las llaves de sus viviendas (que ya han comenzado a ocupar gracias a la inmediatez con que la Gerencia de Urbanismo ha emitido las células de habitabilidad), sino además con el propósito de reconocer con la entrega de condecoraciones a todas las personas que cooperado en la resolución del problema planteado. Varios han sido estos protagonistas, comenzando por el alcalde mairenero, Antonio Casimiro Gavira, que consiguió el desbloqueo de las cuentas hipotecarias en Caja San Fernando, logrando también su ampliación, al tiempo que respaldó desde la institución que dirige los avales. También se reconoció en el acto a los arquitectos de la Gerencia Municipal de Urbanismo, Anselmo Álvarez García y Rubén Mellado Troncoso, que han tenido que modificar todos los proyectos de las obras para cambiar unas técnicas de construcción específicas y propiciadas por el entramado societario del grupo Abensis, inaccesibles tras la fuga. El nuevo empresario, José Antonio Ortiz, fue igualmente reconocido por la celeridad y profesionalidad en la ejecución de las obras.

El origen de la estafa radica en el reclamo de una oferta tentadora, planteada para las dos fases de la promoción “Los Naranjos” (situada a espaldas de la Barriada Venta El Sol), que ofertaba unas viviendas bastante asequibles al precio de 60.100 euros sobre la base de un novedoso sistema de construcción a través de placas de hormigón, que no sólo abarataban los costos, sino que propiciaba especiales condiciones de aislamiento térmico y acústico, además de ser respetuoso con el medioambiente. Al final, las empresas del grupo Abensis sólo consiguieron levantar las estructuras de los edificios antes de desaparecer.

La nueva solución otorgada al problema ha tenido que pasar por una vuelta a las técnicas habituales de construcción, es decir, ladrillos. De igual modo, los nuevos habitantes de las promociones se han visto vedados de los comprometidos servicios de centro cívico, y el Consistorio de las cuatro viviendas con destino a fines sociales. Todo ello debido a que Abensis ni siquiera poseía la propiedad de los terrenos sobre los que se tenían que erigir, lo que se descubrió tras destaparse el escándalo.
A partir de ahora, comienza una nueva vida para estos inquilinos, que en su 80% son nuevos vecinos de Mairena procedentes de otros puntos de la provincia (Sevilla Este y Torreblanca, sobre todo), a pesar de que el coste de los pisos tras el desbloqueo de la situación se les elevará hasta los 99.160 euros debido a las cantidades perdidas. Sin embargo, la cuantía de las hipotecas es de 78.131 euros para unas viviendas que en los proyectos poseen 100 metros cuadrados de superficie ampliables en 30 más, e incorporan nuevas dependencias no contempladas inicialmente, como trasteros, a propuesta de los vecinos.

En cuanto a otros daños producidos por la fuga de las empresas promotoras iniciales, y aparte del promedio de 12.100 euros que estafaron a cada propietario, hay que recordar que su desaparición se produjo sin el abono a los trabajadores de la promoción de varias semanas de salario. Tras la fuga del empresario se tuvo conocimiento además de la existencia en otros puntos de España de estafas similares protagonizadas por su entramado de empresas fantasma.