(11-Mar-2004) Las fiestas del Cristo de la Cárcel comienzan con su traslado

Informa: Chema Cejudo

Con el traslado del lienzo del Santísimo Cristo de la Cárcel desde su ermita a la iglesia parroquial de Ntra. Sra. De la Asunción, hoy jueves día 11 se inicia la semana de celebraciones en torno a la imagen de mayor veneración entre los creyentes de Mairena del Alcor. En su recorrido hasta el templo mayor mairenero, la copia enchapada y acristalada que del original hizo en Sevilla el pintor valenciano Félix Lacárcel tras la contienda civil del 36, recorrerá las céntricas calles Ancha, Plaza de Alconchel y Real, rodeada -como es tradicional- por cientos de fieles, que en medio de un sepulcral silencio le flanquearán portando velas encendidas.

Este mismo ritual se volverá a repetir el próximo jueves 18 de marzo, aunque en esta ocasión el trayecto será bastante más largo por tratarse de la fiesta grande del Señor de la Cárcel, como se le conoce en el pueblo. El recorrido discurrirá por las igualmente céntricas calles Daoiz, Arrabal, Sarmiento Aguilar, Plaza de San Sebastián, San Fernado, y retorno a su ermita.

Tanto en su salida de hoy jueves como en la del próximo, el Cristo se ajustará puntualmente a su tradicional e inamovible hora de las 10 de la noche. En ambas ocasiones se entonará también el ancestral cántico del "Santo Dios" a la hora de la recogida. Se trata de una especie de canto gregoriano, cuyo origen se desconoce, aunque se sabe que ha sido entonado por sus acólitos desde que se tiene constancia de la procesión. Durante el trayecto procesional, el cortejo discurrirá con total ausencia de acompañamiento musical, aunque sí podrá oírse música coral.

Otro de los elementos habituales en la parafernalia de la procesión lo constituyen sus característicos penitentes o "grillos", así llamados por los sonidos que emiten las cadenas con que se asen los pies para hacer el camino a menudo descalzos. Según ha informado el hermano mayor de la cofradía, Manuel Castro Mellado, el número de estos penitentes que de manera espontánea y anónima se suman a la comitiva cada año prácticamente no varía, a pesar de que por aplicación de la lógica les consta que la mayoría no repite cada año, al tratarse de saldar alguna deuda con el Santo por algún favor concedido. Según Mellado "ello da buena cuenta de la fe que se profesa al Cristo". Los grillos ocupan en la procesión el espacio inmediatamente posterior al paso del lienzo del Cristo, y lucen túnicas moradas y antifaz del mismo color sin capirote.
Pero Manuel Castro cita otros ejemplos de la devoción que se profesa al Señor de la Cárcel en Mairena del Alcor. El primero viene avalado por el hecho de que la hermandad ingresa mayor cantidad económica a través del cepillo instalado en su ermita que por las aportaciones de sus 1.000 hermanos. Y el segundo por las listas de espera de costaleros, casi todos muy jóvenes, que permanecen impasibles a la espera de que les llegue la hora de ser elegidos para transportar su trono.

La procesión atrae hasta Mairena cada año una gran cantidad de visitantes, especialmente en su jornada principal del día 18, una fecha que en el pueblo se considera de reencuentro. Los paisanos residentes en el exterior regresan esa jornada para acompañar a la imagen en lienzo, a la vez que aprovechan para realizar una efímera visita a sus familiares.
Durante los días que la imagen permanecerá en el templo de la Asunción, la hermandad ha programado un quinario, que culminará el día 17 con la función principal. Todos los actos religiosos comenzarán a las 8,30 de la tarde tras el rezo del Santo Rosario. Las funciones serán oficiadas por el sacerdote mairenero José Isorna Jiménez, que a pesar de impartir el sacramento fuera, ha regresado por unos días para aceptar el encargo de la hermandad.

Anécdota histórica
.- La procesión del Cristo de la Cárcel de Mairena del Alcor se realizaba originariamente en el mes de septiembre, en recuerdo de la fecha en que la imagen del lienzo se apareció a la esclava indiana Josefa María en la antigua cárcel municipal. Fue a partir del año 1.720 cuando se aprobó el cambio, tras la salida en rogativa de lluvia de la imagen en el contexto de una pertinaz sequía. Tras producirse las ansiadas precipitaciones de manera generosa durante tres días salvando las cosechas, hermandad no dudó en aprobar el cambio. Esta facilidad del Cristo para estimular las precipitaciones se ha reiterado en innumerables ocasiones a través de los años.