(10-Sept-2003) Los maestros reflexionan sobre las dificultades de lectoescritura de la población escolar.

Informa: Chema Cejudo

La plantilla casi al completo de maestros de Primaria e Infantil que ejercen en Mairena del Alcor acaba de iniciar un proceso de análisis, estudio y reflexión sobre las causas que motivan el bajo nivel en lenguaje del alumnado en general, al tiempo que entre sus intenciones se han propuesto elaborar materiales atractivos que motiven el acercamiento de los chicos al mundo de los libros.
El curso, que ha sido organizado por el CEP Centro de Profesores de Alcalá de Guadaira e impulsado por el inspector de zona, Pedro García Ballesteros, se prolongará hasta el próximo mes de Noviembre dividido en grupos de trabajo en los propios centros. Tras la culminación de los trabajos se producirá una puesta en común de conclusiones, al tiempo que los materiales elaborados serán objeto de exhibición pública.

En la sesión inaugural, desarrollada la mañana de hoy entre las 10 y las 13 horas en la sala de exposiciones del Centro Cultural mairenero, el inspector manifestó ante un aforo de casi 100 profesores "que lo importante en este campo dificultoso es que vayamos andando camino sin proponernos metas". García Ballesteros se refería así a la importancia de emprender un proceso que al final tenga como resultado una mejora en el nivel de lectura y uso del lenguaje, a pesar de la gran cantidad de elementos que juegan en su contra en el plano social.

Interesante conferencia de apertura.- La primera actividad de las jornadas tuvo lugar en el transcurso del mismo acto inaugural, tras las palabras de García Ballesteros, cuando la pedagoga Isabel Álvarez Álvarez pronunció una interesante charla alusiva al tema. En su alocución, la también inspectora enfatizó la importancia del lenguaje para la vida del ser humano, "pues a través de él se canalizan casi todas las funciones y emociones de la persona", dijo. Sin embargo, la ponente reconoció la escasa capacidad de la escuela por sí sola para efectuar cambios importantes en la sociedad, y puso como ejemplo el fracaso de las premisas educativas de los regímenes marxistas. Lo que sí postuló fue por "que las escuelas no ahonden en esas diferencias y desajustes".
Como fórmula válida para enseñar lenguaje, Álvarez destacó la importancia de que los centros escolares planifiquen éstas partiendo del vocabulario, escaso en las nuevas generaciones, y de vital importancia en cualquier caso, pues constituye el mecanismo central de comprensión del lenguaje mediante la asociación del concepto de la palabra y su correspondiente sonido en el cerebro. Obviamente, si en el cerebro del individuo no se ha creado previamente el concepto, difícilmente se producirá el entendimiento al oír los mensajes. De ahí la importancia del mecanismo.

Aunque Álvarez no culpó en ningún momento al profesorado del bajo nivel de los alumnos en lenguaje y su escaso gusto por la lectura -en su opinión son múltiples las circunstancias que concurren- sí quiso dejar claro que en ocasiones se han puesto en práctica políticas educativas erróneas por puro mimetismo de las emprendidas en USA y Reino Unido. Criticaba así las políticas de refuerzo y apoyo educativo consistentes en sacar a los niños de menor rendimiento de sus aulas para ser atendidos por profesionales especialistas en pequeños grupos o a nivel individual. Según la inspectora, ello nunca ha sido garantía de éxito "porque se les enseñaba más de lo mismo". Por el contrario, sostuvo que así se profundizan más las diferencias, al imponerse a los que permanecen en el aula un ritmo mayor de aprendizaje, creador de mayores diferencias aún. Sobre dicha base, la especialista sostuvo que con los alumnos menos aventajados hay que utilizar otras estrategias, que, no obstante, no concretó.

Lo que sí hizo fue un análisis acerca de las causas del constatado fenómeno por el que los alumnos procedentes de entornos socioculturales privilegiados tienen más facilidad para el aprendizaje y uso del lenguaje que los que proceden de entornos menos privilegiados. Para Isabel Álvarez la razón hay que buscarla en la mayor capacidad de abstracción de los primeros sobre los segundos, lo que les permite desarrollar la capacidad de trabajar por objetivos a largo plazo, en tanto para los últimos todo lo que no esté relacionado con respuestas inmediatas y tangibles no despierta motivación. Según la pedagoga, el fenómeno ha de entenderse en relación directa con la satisfacción de necesidades humanas básicas, cubiertas a priori sin problemas en los alumnos del primer grupo.