EL CORPUS CHRISTI EN LA HISTORIA LOCAL
(Autor: Manuel Gavira Mateos)

De todo es sabido el hecho que la Hermandad de la Sacramental es de las más antiguas de las fundadas en nuestra parroquia. Sin embargo, es poco conocido por sus actuales hermanos, y devotos maireneros en general, datos de su prolífica y bella historia, y son las actas del Cabildo Municipal las que nos pueden iluminar algo entre las sombras de la historia local.

Llama la atención el celo y el sincero esmero que las autoridades locales, al principio del siglo XVII, mostraban cuando era preciso organizar la fiesta del Corpus. Celo y esmero que quedó impregnado en este hermoso texto de mayo de 1.620: "Acordaron se haga la fiesta del Corpus Christi este año con la mayor solemnidad que se pueda, y nombraron por diputados, para que concierten lo que fuese necesario para ello al Alcalde Francisco Sánchez y al Alguacil Mayor Francisco Jurado, a los cuales se les ordena traigan una comedia y una danza para la dicha fiesta, y para hacer los conciertos de lo susodicho y de lo demás que fuese menester para la fiesta consulten con el Alcalde Mayor, y lo que se gastare en la fiesta se pague de los propios de este Concejo".

Pero no hay dicha ni felicidad completa y es, precisamente, un año después, en el 1.621, cuando encontramos un testimonio sorprendente que nos da a conocer las serias discrepancias surgidas entre los representantes del cabildo secular y el clero local: "En este cabildo se trató que por haberse entendido que los clérigos y curas de esta Villa no querían salir en la procesión de los días del Corpus Christi y su octava, ni llevar la custodia como lo han hecho los años pasados, se acudió al Provisor de la ciudad de Sevilla para que diese mandamiento ordenándoles y mandándoles saliesen y llevasen la custodia como antes, sin que este Concejo les diese interés ninguno por ello, o diese licencia a los señores de este Cabildo y gente honrada de ella la llevasen como se solía hacer desde tiempo inmemorial a esta parte. Habiéndolo dado y notificándose a los clérigos que excusaran de hacerlo, parece que dieron cierta respuesta y el día de la octava no sacaron la custodia y algunos de ellos no quisieron asistir a la procesión con sobrepelliz como lo hicieron el año pasado y los demás, lo que ha causado en esta Villa mucho escándalo y murmuración, y para que otro año no haya los mismos inconvenientes o mayores se acordó y mandose escrito al Duque, Mi Señor, dando quejas a su señoría de lo que ha pasado y suplicándole se sirva de dar su favor para que el Provisor les mande precisamente y acudan a los susodichos y se excusen los alborotos y escándalos que los dichos clérigos han causado con lo que han hecho estos días..".

Pero no hay mal que cien años dure y con las actas de 1.623 podemos sacar en conclusión que la crisis entre los dos cabildos ya había sido superada plenamente, pues se lee: "Acordaron se haga la fiesta del Corpus de este año como es costumbre, y para ello se concierte una danza y la cera que se suele dar a los oficiales y a los clérigos de a media libra".

Y esta situación, al menos la oficializada por las actas capitulares, de buena relación y cordial armonía entre los dos cabildos, el secular y el clerical, ya debió de permanecer muchos años pues no hay constancia de mayores "escándalos y alborotos", y si aparecen testimonios de serenidad y concordia como el mostrado en el acta del 2 de mayo de 1.677: "En este cabildo se acordó se haga la fiesta del Corpus de este presente año en la forma que se acostumbra, trayendo una danza para el dicho día y el de la octava, y se compre la cera para el estado eclesiástico y para los capitulares de este Concejo y para que tenga efecto se nombran diputados de la dicha fiesta a sus mercedes D. Bartolomé de Prado Castellón, Regidor de este Ayuntamiento, y a Silvestre Jurado y, con certificación de los susodichos, lo que se gastase en la fiesta se despache libranza para que se pague de los propios del Concejo de esta Villa".