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El Campanillo
Hermandad Sacramental

Edición Digital 2008

LA POBREZA DE LA IGLESIA

Manuel Morales Rodríguez

Cada día más se va generalizando en nuestra sociedad una corriente de intolerancia y crítica despiadada, siempre injustificada, a la Jerarquía de la Iglesia y al pueblo cristiano.

Los medios de comunicación social en su mayoría, en sus páginas de opinión y editoriales, sirven de tribuna "intelectualmente autorizada" para amplificar y propagar una filosofía irrespetuosa y desconsiderada a los postulados morales que vive el pueblo cristiano, y, que los pastores de la Iglesia orientan e iluminan desde la fe en Jesús y su mensaje evangélico.

Va tomando cuerpo una corriente positivista, materialista y atea que para proponer sus tesis, parece necesitar primero, ridiculizar, desacreditar y combatir la fe y la moral que profesa y vive la Comunidad Cristiana, desde aquellos primeros días en que recibieron de los Apóstoles, la misión de propagar el mensaje de salvación que nos dejo Jesús, y que a través de la historia ha conseguido dignificar y elevar a los hombres a la categoría de hermanos e hijos de Dios.
No puede olvidarse la labor que a favor del hombre y sus derechos viene realizando la Iglesia. No hay ni ha existido nunca una institución humana, que pueda igualar lo hecho por el cristianismo (otras filosofías cuando mucho llegan a la justicia; el cristianismo, además, vive la caridad).Aterra pensar en la orfandad que quedaría el hombre sin su influjo, orientación y esperanza.

El Santo Padre, Papa Benedicto XVI, en su reciente viaje a Estados Unidos, donde ha sido recibido y aclamado multitudinariamente por su pueblo y sus autoridades, ha dicho (cito de memoria), "es desconcertante que muchos bautizados no sigan, en sus vidas, el evangelio".

También, en nuestra España, constatamos esas circunstancias a que alude el Papa, y decimos que la Iglesia "es muy pobre", le faltan colaboradores decididos de los que surjan: vocaciones sacerdotales, catequistas y sobretodo, cristianos comprometidos con su vida y su conducta que den testimonio de su fe.

Sigue estando de rigurosa actualidad aquello de "la mies es mucha y los obreros pocos" ( Lc.:9.2).Ahí esta la "Pobreza de la Iglesia".Faltan obreros que trabajen con amor: a favor de la familia, los esposos, los hijos, los novios, los jóvenes, los ancianos, los enfermos y los pobres .Que esos "obreros" intervengan con criterio cristiano en el campo del trabajo, de los negocios, y que se impliquen en la política y en la vida social para que la luz del evangelio ilumine la vida.

Quizás, los "obreros" necesitemos mas formación y actualización, ser mas conocedores y consciente de esta realidad que hoy se vive en la Iglesia y que los cristianos, sus hijos, estamos llamados a vivir y poner nuestro granito de arena. Para ello tenemos que pedir ayuda al Señor mediante la oración y la meditación. Tenemos que acudir al Templo, a la Casa del Padre, participar en los sacramentos, en los cultos y en la oración comunitaria. Ahora tenemos la facilidad de que en la Capilla del Cristo de la Cárcel se expone al Santísimo de lunes a viernes y en horario ininterrumpido de 10 a 19 horas, y es una ocasión más para frecuentar el trato con Jesús Sacramentado y fomentar la oración personal. De ahí obtendremos el impulso y la gracia para llenar nuestras vidas.

Creemos en la vida eterna y sabemos que la tenemos que merecer y ganar, aquí en nuestra vida terrenal, de la que ahora gozamos y que tenemos que consumir en el servicio a nuestros hermanos.