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El Campanillo
Hermandad Sacramental

Edición Digital 2008

NOTAS SOBRE LA DEVOCIÓN DEL ROSARIO EN MAIRENA

Carlos José Romero Mensaque

En nuestra provincia el Rosario ha sido la devoción por antonomasia en la doble vertiente del rezo y el instrumento de cuentas, por un lado, y el culto a la Virgen con esta advocación, por otro. Configurada la oración tal y como hoy la conocemos en la segunda mitad del siglo XV, fue la Orden de Predicadores quien la promovió pastoralmente en sus conventos y áreas de influencia para pasar posteriormente a los ámbitos parroquiales. El medio privilegiado fue la Cofradía del Rosario.

La Cofradía era la primera y fundamental referencia del rezo avemariano desde que en 1470 el dominico observante Alain de la Roche fundara la Cofradía del Psalterio de la Virgen en Douai y posteriormente el prior de Colonia Jacobo Sprenger la ya oficial del Rosario (1475), confirmada por la Santa Sede. En España y, más concretamente, en Sevilla no hay datos documentados para las primeras corporaciones dominicas, aunque diversas noticias sitúan la fundación de la Cofradía de San Pablo en los años finales del siglo XV. Sí hay más seguridad con la establecida en Carmona, que data de 1522 y sitúa a los alcores a la vanguardia de la expansión rosariana en la provincia, es decir, cincuenta años antes de que se produjera la gran difusión devocional y cofrade a partir de la victoria de Lepanto (1571) en que se multiplican la fundación de cofradías en Sevilla y Andalucía.

En la segunda mitad del siglo XVII la devoción adquiere nuevas características con la práctica del rosario a coros en las iglesias y, sobre todo, el fenómeno de los Rosarios públicos que, surgidos en Sevilla en 1690, otorgarán al rezo una impresionante popularidad, creándose un nuevo asociacionismo laico al margen de las cofradías y la Orden de Predicadores con la fundación de hermandades diocesanas dedicadas al culto a la Virgen y sobre todo al ejercicio rosariano por las calles.

Desafortunadamente no son muchas las noticias sobre la devoción del Rosario en Mairena del Alcor y, especialmente, acerca de la Cofradía erigida por la Orden de Predicadores en la iglesia parroquial.

Existe en el Archivo del Arzobispado documentación sobre una Cofradía del Rosario en 1659, donde afirma que en 1603 se redactó un testamento por parte de Pedro Miguel León en que se estipulaba que la Cofradía administrase dos pedazos de olivar y se le diese tres ducados por el cargo de la administración y lo sobrante se repartiese entre pobres vecinos vergonzantes, impedidos del brazo derecho y con obligación de hijas doncellas.1

En 1717 contaba con dos tributos y un arrendamiento temporal de olivares que, junto a las limosnas, le otorgaban un cargo de 22.100 maravedíes. En el Catastro de Ensenada, según Navarro Domínguez, figuraba como bienes seis hazas de olivar de pequeño tamaño y poseía un tributo sobre una huerta. Por ellos pagaba varios tributos, concretamente cuatro memorias perpetuas a la parroquia sobre los olivares.
2 Su instituto era la celebración de la Fiesta de octubre y también de tres misas rezadas.3

Además sacaba el Rosario de prima noche a diario.
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Muy pocos datos más se conocen por el momento de la Cofradía, que pervivió con diversos avatares hasta la primera mitad del siglo XX. Actualmente la advocación del Rosario se halla integrada en la Hermandad Sacramental, que celebra en honor de la Virgen cultos en octubre.

Al igual que en otras muchas localidades, la devoción rosariana experimentó una significativa expansión y diversidad con el ya comentado fenómeno de los Rosarios públicos, erigiéndose sin duda diversas congregaciones dedicadas a este uso. Conocemos documentalmente la existencia en el siglo XVIII de una que residía en la capilla del Cristo de la Cárcel, pero sin duda en la parroquia debieron instituirse una o varias: bien dedicadas al Rosario vespertino que salía todos los días, bien al de la Aurora, reservado para los domingos y festivos. Estas eran las comitivas ordinarias, pero también a lo largo del año se registraban Rosarios extraordinarios como los de Gala, en ocasión de la festividad de la titular de la corporación, o los de Ánimas, que hacían estación a los cementerios durante los primeros nueve días de noviembre (novena de ánimas).

Junto a estas congregaciones rosarianas, otras hermandades ya existentes probablemente adoptaron este uso público de manera ordinaria o extraordinaria. Tal debió ser el caso de la propia Cofradía del Rosario de la parroquia que, aunque de instituto diferente, conocemos que en otras localidades adoptaba el Rosario callejero en el siglo XVIII, uso que generalizó cuando ya en el XIX se convierte en la práctica en una hermandad estrictamente diocesana.

Del fenómeno de los Rosarios públicos han llegado hasta nosotros las coplas que se entonaban por los campanilleros llamando a los fieles para el cortejo y que todavía se cantan por el coro de la Hermandad de la Virgen de los Remedios.

Caso distinto es el de las Coplas de Ánimas, que han permanecido como un tesoro etnográfico, gracias a la Hermandad de las Ánimas Benditas. A falta de documentación, se podría intuir que pudo tener relación con los ya mencionados Rosarios de Ánimas que salían en el mes de noviembre, aunque su fin primordial fuese el de recolectar limosnas para las misas de sufragio.

Para ultimar este breve artículo, quiero referirme a una interesante hermandad rosariana y penitencial que fue fundada en Mairena durante la segunda mitad del siglo XIX denominada "de los Niños" que se establece en la iglesia parroquial. Como su nombre indica, se trataba de una iniciativa infantil sin reconocimiento jurídico eclesiástico, pero que fue animada por un maestro vocacional y asimismo cofrade y apoyada por el clero parroquial. De sus primeros tiempos nada conocemos, salvo que rendían culto a una imagen del Santísimo Cristo de la Columna y a Nuestra Señora del Mayor Dolor. No obstante, su intención era impulsar la hechura de cinco imágenes cristíferas de tamaño medio (90 centímetros) que representaran los Cinco Misterios Dolorosos del Santo Rosario.

Tras veinte años de existencia, en 1876 encontramos en el Archivo General del Arzobispado un expediente en que el maestro y cofrade José María Dana
5, en nombre de esta Hermandad, solicita al prelado la constitución formal de la corporación y la aprobación de las primeras Reglas con el título de los Cinco Misterios Dolorosos del Santísimo Rosario y María Santísima de las Tribulaciones. 6

En estos años, el citado cofrade había aunado los esfuerzos por crear una singular hermandad, donde ya sus integrantes -evidentemente- no eran sólo niños y, aunque se va a mantener su principal identidad infantil, se admite la presencia de adultos. Al mismo tiempo ya habían conseguido labrar las imágenes titulares y también las secundarias de cada uno de los Misterios, así como muy diversas insignias que nos hablan de una espectacular procesión en la tarde del Viernes Santo.

El tenor de las Reglas nos descubre un ambicioso proyecto de Hermandad, que sobrepasa ampliamente los esquemas convencionales y se inserta en un interesante plan pastoral de formación religiosa infantil conexionada con las escuelas y sus maestros y con pretensiones geográficas más allá de Mairena, para lo que solicitan incluso el auspicio del Rey, que pasa a ser el Hermano Mayor honorario, y el de las autoridades locales y provinciales. Asimismo van a solicitar la aprobación no sólo al Ordinario Diocesano, sino a la Congregación General de los Obispos.7

1 - ARCHIVO GENERAL DEL ARZOBISPADO, Serie Hermandades, legajo 155.
2 - NAVARRO DOMÍNGUEZ; José Manuel, "Rentas de la Hermandad Sacramental a mediados del siglo XVIII", en El Campanillo, nº 13, 2006, pág11.
3 - INSTITUCIÓN COLOMBINA, Archivo Catedral, Sección 2ª, Subsidios y excusados, libro 1168 (88)
4 - ARCHIVO GENERAL DEL ARZOBISPADO, Serie Visitas, 1721-22. Legajo 05192.
5 - José María Dana (Carmona 1824- Mairena, 1888) fue maestro titular de la escuela pública de Mairena y una persona ejemplar y benemérita. Sobre este importante personaje, vid. la reseña biográfica de Manuel Gavira Mateos en : http://www.mayrena.com/Historia/SPM6%20Jose%20Maria%20Dana.htm
6 -
El título de los Cinco Misterios evoca el recuerdo de sendas hermandades rosarianas que se fundaron en Sevilla y su provincia en el siglo XVI, concretamente en la capital (la actual de Monte Sión) y Utrera.
7 - Ídem, Serie Hermandades, legajo 120.