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El Campanillo
Hermandad Sacramental

Edición Digital 2006

LA VIRGEN NIÑA. Hilemórfico

"Qué alegría, vivir,
sintiéndose vivido".
Pedro Salinas.

Allá por el mes de septiembre del año 1970, nuestra Maestra Dª Isabel Esquivel (1913-1999), recibió un precioso homenaje de la primera promoción de antiguas alumnas que tuvo en Mairena del Alcor. En su casa, en su Escuela Unitaria nº 1 de la calle Arrabal, 42, le ofrecieron una imagen de la "Virgen Niña", de 90 centímetros de altura, sosteniendo en sus manos un libro abierto y en la peana una inscripción con el siguiente texto: "Que la que fue nuestro modelo, lo siga siendo de las futuras generaciones".

En solemne Misa celebrada en el mismo salón donde se impartían las clases, fue bendecida por el sacerdote destinado en Mairena, D. Juan Antonio Fernández Pérez.



Desde ese 10 de septiembre, la imagen le acompañaría durante toda su vida. Así, cuando fruto de la Ley General de Educación de 1.970 que supone la tendencia progresiva a concentrar en grandes centros al profesorado se refunden las Graduadas nº 4 y nº 5 pasando a formar parte del Colegio Nacional María Inmaculada ("El Chorrillo"), donde por algún tiempo ejerció como Directora provisional, la Virgen es trasladada a las instalaciones del nuevo Grupo Escolar, permaneciendo aquí hasta la fecha de su jubilación el 1 de octubre de 1982.

En la amplia aula del comedor del colegio cada sábado brillaba la imagen en la celebración de la Misa. Su mirada dulce, atenta y comprensiva. Eternamente joven, cercana a los niños, guía y modelo de alumna, expectante a la llamada de los más jóvenes. Amor a la Virgen y a las virtudes de la mansedumbre, la afabilidad y la dulzura que, imbuida por su formación en la Institución Teresiana, Isabel supo transmitir a la perfección con su magisterio.

Pero tuvieron que hacer el camino de regreso a la finalización de su carrera profesional. Ese día, se despidieron de María Domínguez y tomaron las calles colindantes al colegio hasta llegar a la calle Arrabal. Ya en su casa, siempre fue la compañera fiel de la "señorita Esquivel", la que mantuvo su ilusión juvenil, la que nutrió su entusiasmo, la que le aportó su energía, la que alimentó su pasión y romanticismo por Rafael, su marido. Además, su casa siempre estuvo animada por las frecuentes visitas de nietos y bisnietos que así mismo miraban con amor a la "virgencita". Fueron muchas las ocasiones en que pude contemplar a su bisnieta Margarita, de corta edad, con las manitas unidas, rezando el Padrenuestro y el Avemaría, tal como se lo enseñó Pepita Zamora. ¡Qué pasión la suya por la Virgen Niña!, ¡Qué ojos más preciosos fijados en la mirada dulce de la Virgen!, ¡Qué complicidad de amor entre ambas!

Esa complicidad con la juventud es la que ha hecho que los cofrades más jóvenes de Mairena, la Agrupación Parroquial del Cautivo, solicitaran de la familia Carrión Esquivel la imagen para construir un altar en el Corpus Christi del año 2004. Ellos, que mantuvieron largas conversaciones con Rafael Carrión, ávidos de aprender sobre el mundo de las hermandades, visionar fotos antiguas y deseosos de escuchar el devenir de toda una vida dedicada a la Iglesia, sabían la respuesta. No podía ser de otro modo. La autorización estaba concedida, porque Rafael e Isabel desde el Cielo así lo habían dispuesto.

Se han abierto las puertas de la casa, las que dieron entrada a la alegría de multitud de corazones deseosos de aprender, ilusionados por ocupar un puesto en la vida y conocer su valía. Portada por la voluntad de Isabel y Rafael la Virgen Niña se ausenta de la casa. Equilibrada y mesuradamente baja la calle Arrabal hasta llegar a la Plaza de las Flores. Se acercan a rezar al Santísimo Cristo de la Cárcel, eje de nuestra fe. Saludan a Jacinto Gavira, el que tantas veces llamara telefónicamente al matrimonio para "hablar con el Cielo", continuando su andadura por la calle Ancha hasta llegar a la casa natal de D. José Mª del Rey Delgado. Aquí es el emplazamiento elegido.

Entre helechos, aspidistras, gladiolos blancos y rosados, sahumerio de incienso, paños de ganchillo, banderín cofrade y los mejores frutos que la tierra ha dado al hombre, la Virgen Niña, entronizada por los más jóvenes, vuelve a brillar en un día de radiante sol.
La infancia mairenera, engalanada con sus angelicales vestimentas de Primera Comunión, pisando las juncias esparcidas por el asfalto, avanzan para ser testigos de la mejor simbiosis de amor: las manos entrelazadas de la Virgen Niña - Isabel - Rafael -Infancia y Juventud mairenera que al unísono cantan ¡Alabado sea el Santísimo Sacramento!

Hilemorfico.