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El Campanillo
Hermandad Sacramental

Edición Digital 2006

VIVIR LA RESURRECCIÓN. Manuel Morales Rodríguez

Contemplando el panorama que ofrece la sociedad en que vivimos, los cristianos tenemos la impresión de que nuestra doctrina: el Mensaje Evangélico, las Encíclicas de los Papas, la Tradición Cristiana… todo ello es arrollado y ridiculizado por esa corriente atea y materialista, que todo lo condiciona al egoísmo insolidario donde prima el deseo de medrar y gozar sin considerar el precio y el riesgo que eso supone para los demás.

Quizás, nosotros, los creyentes, no hemos sabido transmitir, explicar, el Mensaje Evangélico. Ponemos más énfasis y pasión en presentar al Jesús Doliente, que ofreció su vida en el sacrificio de la cruz, que nos conmueve y nos hace valorar el dolor y el sufrimiento que costó, a Jesús y a María, su madre, nuestra redención y salvación, a la que han seguido los sacrificios de tantos y tantos mártires y santos, que como hijos y discípulos, también dieron sus vidas.
El Jesús que admiramos extasiados, en los Misterios Dolorosos del Rosario, nos hace sentir su amor y misericordia hacia nosotros, y considerar cuan lejos estamos de corresponderles con nuestras vidas cumpliendo sus enseñanzas.

Hoy, quizás, el compromiso de los creyentes sería seguir al Hijo de Dios, vivo y resucitado, que ha vencido a la muerte, y que nos interpela sobre nuestras vidas y comportamientos, y nos señala un campo de actuación en cada uno de nosotros para que se cumpla Su Mensaje, y, diríamos, a título personal, se instaure el Reino de Dios en el mundo, y eso, que puede parecer una UTOPÍA inalcanzable, sea la realidad donde se viva el AMOR. Como en estos días nos señala el Papa Benedicto XVI en su encíclica "Deus Cáritas est", desde donde construiremos un mundo nuevo en el que las personas sean respetadas, amadas, servidas, donde se vuelva a implantar los valores cristianos: de la verdad, honradez, fidelidad, honestidad, autenticidad, caridad… y seamos capaces de perdonar, tolerar, comprender, disculpar, orientar… en definitiva, seguir a Jesús.

"Desde la experiencia de la resurrección del Señor es como se nos presenta la persona de Jesús, es en el que tenemos puesta nuestra fe de una forma plena y total". (Temario Catequesis de Adultos).

Nuestra Hermandad Sacramental tiene la suerte de custodiar - por la donación que le hiciera su autor y hermano don Antonio Gavira Alba - la maravillosa imagen de Jesús Resucitado, Dios vivo, vencedor de la muerte, que al contemplarla, parece que pacientemente, nos anima y alienta a que seamos sus manos y sus pies en la implantación de su Reino en el mundo. Ese sería el gran reto que la nueva Junta de Gobierno, recién nombrada en nuestra Hermandad Sacramental, el conseguir reforzar el culto de nuestro imagen de Jesús Resucitado y que pueda salir procesionalmente por las calles de nuestro pueblo, para que así sea como una continuación de la presencia de Jesús Sacramentado cuando procesiona el día del Corpus Christi.

Ojalá nuestra Hermandad Sacramental colabore con toda la Iglesia en proclamar que Jesús vive entre los hombres.