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El Campanillo
Hermandad Sacramental

Edición Digital 2003

ESE GRAN MISTERIO. Un joven hermano

Qué curioso, ¿no? Hace casi 2000 años desde aquella primera Eucaristía, de aquella tarde-noche en Jerusalén, en aquel cenáculo donde se encontraban aquellos hombres con el Redentor.

... Éste es mi cuerpo... y mi sangre... Vaya sorpresa se llevarían los apóstoles en ese momento, no es para menos; el que llamaban Cristo convierte un trozo de pan y un poco de vino, nada más y nada menos, que en su Cuerpo y en su Sangre y, además, días atrás manifestó que si no la comemos y si no la bebemos, no tendremos vida eterna. Y, todo esto: ¿por qué? Pero, ¿cómo es posible? De aquí podemos sacar miles de preguntas, pero podemos resumirlas en una afirmación: "DIOS ES AMOR". De aquí emana todo. Primero, la "vida", el don de los dones y con ello, nosotros, luego, un don muy relacionado: "la fe".

Necesitamos fe, ya lo dijo Él: "Dichosos los que creen sin haber visto". Jesús yo creo, aumenta mi fe, le solemos decir, ya que, es algo imprescindible para la vida espiritual.

La Eucaristía será un misterio, si, pero de AMOR; lo sabemos, ya que, cuando entra de lleno en nuestro cuerpo, todo cambia, aunque muchas veces ese cambio se entorpece debido a nuestras debilidades. Nuestra alma necesita su energía, sus "vitaminas", y con la Eucaristía se llena.

Podríamos reflexionar sobre esto: ¿ "Nuestra Eucaristía" nos aporta algo a nuestra vida o sólo se queda dentro de las paredes del templo?

Escuché una vez. "La Eucaristía es tan grande que cada vez que recibo a Jesús, mi alma llora de alegría".

Personalmente, quiero agradecer a tres personas que me han ayudado con cariño a "comprender" un poco ese gran misterio: a mi hermano, que me inició en mi vida cristiana e igualmente, a un gran sacerdote: gracias amigo. También mi agradecimiento a un amigo que me animó a seguir a Jesús Sacramentado en esta entrañable Hermandad.

Sólo te pido, mi querido amigo Jesús, que cuando te recibamos nos inundes de amor y de espíritu, para convertirnos en verdaderos CRISTOS DE AMOR en el mundo.

Concluyo con estas palabras curiosas, estando en catequesis hablando de la Eucaristía, una niña de tan sólo doce añitos nos dijo a todos: ..."la Eucaristía es una cena, es una tontería asistir a la Santa Misa y no cenar"...
Miren ustedes, con esas palabras sólo pude decirle: "Bien dicho".

Esto nos da para otra reflexión: ¿"Cenamos" con frecuencia? ¿Motivados? ¿Con monotonía o sin ella? ¿Con pena? ¿Con alegría?

Señor mío y Dios mío,
Tú lo sabes todo,
Tú sabes que t
e amo.