José Manuel Capuletti Lillo del Pozo.

"Un artista que se impregnó de Mairena"
(Valladolid - 1925 - Walluf (Alemania) - 1976)

Aunque vivió en Mairena sólo seis años, puede considerarse uno de los personajes más relevantes en el mundo de las artes relacionado con nuestro pueblo. Este artículo quiere rendir homenaje a Capuletti y a su mujer Pilar.

José Manuel Capuletti Lillo del Pozo nace en Valladolid el 21 de marzo de 1925. Desde muy niño empezó a manifestar su afición y sus excepcionales dotes para el dibujo y la pintura. A pesar de realizar algunos estudios, fue un verdadero autodidacta.

Su comienzos como pintor se producen en Valladolid y Madrid, orientado sobre todo a dibujos, acuarelas y retratos. Se dedica a la elaboración de decorados y vestuarios de compañías de ballet. En 1950 en una gira por el extranjero conoce en París a Pilar López la que será un año más tarde su mujer. Una joven y bella bailarina de una compañía de ballet español, que aunque nacida en Madrid llevaba mucho tiempo viviendo en Francia. Pilar abandona su profesión para atender solamente a su esposo. Sería la compañera ideal para el artista, su principal estímulo y apoyo. Inteligente y decidida, Pilar se convirtió en su administradora y representante. Mujer de fuerte personalidad, su inquietud y resolución la hicieron desde entonces imprescindible para el pintor, al que incitaba a trabajar día y noche sin desmayo.

Tras una época difícil con penurias económicas comienza a abrirse camino en el mundo complejo del arte parisino. A los tres años de su estancia en Paris, Capuletti se hallaba firmemente asentado en los medios artísticos franceses, convirtiéndose en un joven valor cuyo mérito comenzaba a ser reconocido por público y crítica. Sigue manteniendo sus contactos con el mundo del teatro y del flamenco.

En años sucesivos, realiza varias exposiciones en Nueva York y viaja repetidamente a Estados Unidos. Logra grandes éxitos y es reconocido tanto artística como económicamente. Tras 16 años de ausencia, a fines de 1967 Capuletti decide abandonar París y retornar a España. El pintor va a establecerse en Mairena del Alcor, verdadero pulmón del flamenco y sede del renombrado festival de Cante Jondo.

Capuletti pese a su origen castellano amaba profundamente Andalucía, sus cantes, sus raíces y sus gentes, se había quedado prendado de Mairena el año anterior con motivo de asistir a su festival flamenco. Quedaría fascinado por la luz y la tranquilidad del pueblo, encargando a sus amigos le gestionaran la compra de un terreno en el que edificar su nuevo hogar. De esta forma adquiere una finca y se construye una casa que bautizaría como "la Modorra". En ella hallará una isla de paz y sosiego, un ambiente ideal para la creación pictórica. La Modorra se convierte en lugar de cita y de animadas tertulias de los numerosos amigos (flamencos, toreros y periodistas).

 

En diciembre de 1969 expuso en el Ateneo de Sevilla su colección de dibujos con retratos de cantaores y bailaores flamencos. En sus últimos trabajos Capuletti acusa un cambio evidente, especialmente por lo que se refiere al color y a la luz, enriqueciéndose en tonalidades y transparencias. En estos años alcanza la plenitud de su madurez como artista. En estos años el pintor entablará amistad con los Condes de Chiris, de nacionalidad francesa que se habían afincado en Mairena, en la finca que llamaron Nuestra Sra. de la Luz.

En su círculo de amistades también entraron renombrados artistas y toreros: Angel y Rafael Peralta, Alvaro Domecq, José Manuel Lupi, Bienvenida, Antonio Mairena, entre otros. De estas relaciones sale uno de sus mejores trabajos el libro Caballo Torero, en el que participa con 15 aguatintas que constituyen la mejor ilustración del arte del toreo a la jineta. Uno de los 150 ejemplares que se publicaron están expuestos en los pasillos del Ayuntamiento de Mairena del Alcor.

La relación con Antonio Mairena fue muy estrecha. La residencia del matrimonio Capuletti en las cercanías de París era en la mayoría de las ocasiones el refugio del maestro, allí iba a cultivar la amistad con los Capuletti y a su modo concentrarse, a tener un lugar solitario donde ensayar, donde escuchar con tranquilidad viejas grabaciones, a recrearse en suma de la magnífica fonoteca del genial pintor.

Una de las anécdotas que más gusta relatar a Pilar Capuletti es aquella en la que tardaron en automóvil ocho horas desde Alcalá de Guadaira hasta Dos Hermanas, y todo para que Juan Talegas dijese a Antonio uno de los ascentrales cantes que en su memoria guardaba. Los ocupantes del vehículo: J.M. Capuletti, su esposa Pilar, Juan Talegas y Antonio Mairena. No había manera de que Juan Talegas comenzase el primer tercio del cante que a Antonio le interesaba registrar, por lo que paso a paso, muy lentamente, entre el vaho del alcohol, conversaciones sobre cante y bromas las horas pasaban, no así los kilómetros. Hasta que ya pasadas esas ocho horas que hemos referido y habiendo llegado a Dos Hermanas Talegas inicia de pronto, sin que nadie ya lo esperase el cante tan rogado, pero apenas había dado el primer quejido es Antonio quien se adelanta, alza su voz, cierra los ojos y concluye entero el cante que jamás había escuchado. Talegas sorprendido, con cara de estupor dice: "Josú, Niño, eres el mismísimo Duende".

En 1973 y tras una época de desavenencias con su mujer, Capuletti abandona su casa de Mairena y se marcha con su nueva y joven compañera Iris Henrich. Con ella tuvo una hija, Iris-Desirée. Finalmente, en un viaje a Alemania, muere inesperadamente debido a una disnea, en septiembre de 1976. Fue enterrado en el cementerio de Walluf.

Texto y Fotos extraídos del libro Capuletti de José Carlos Brasas Egido. Editado por la Obra Cultural de la Caja de Ahorros de Valladolid.
Revista Plaza Las Flores. Especial Antonio Mairena.
Agradecimientos: Manolo Mateos.