SERIE PERSONAJES MAIRENEROS

D. Lutgardo Retamino Calderón
"Un alcalde para el final de un siglo"
(- 1844 Mairena del Alcor - 1904)

 

 

Por Manuel Gavira Mateos

Fue elegido por primera vez alcalde el día 24 de marzo de 1.884. Recién nombrado inicia su tarea con la realización de mejoras en la Casa Capitular y la renovación del mobiliario. Y es ese afán y el anhelo que mostraba en modernizar, reordenar y dotar al pueblo de unos edificios y servicios públicos dignos: arreglos en el matadero, en la carnicería, en la cárcel, en los lavaderos y fuentes públicas, modernización de los paseos y plazas, adecentamiento de las calles, reparaciones de la escuela, etc.. lo que define y caracteriza su dilatada alcaldía. Fue alcalde hasta julio de 1.899, es decir más de 15 años, siendo reelegido en ese período de tiempo en 6 ocasiones. Entre todos los proyectos que ejecutó llama la atención la construcción del arrecife para unir el pueblo con la estación de ferrocarril y la obra del actual cementerio.


(Fuente de Alconchel, placa conmemorativa)
  La necesidad del primer proyecto ya hacía años que se había hecho patente, incluso en el periódico regionalista "La Andalucía", el día 18 de marzo de 1.880, se hacía eco de la urgencia: "En el inmediato pueblo de Mairena, han comenzado por orden del municipio los trabajos para mejorar el camino que conduce desde el pueblo a la estación de ferrocarril, con objeto de que las numerosas personas que acuden a aquella feria, en el mes de abril, puedan trasladarse cómodamente desde el apeadero al punto en que se celebra.

Bien necesitan las mejoras los viajeros que van y vienen a dicho pueblo; pero creemos que no basta mejorar el camino que hoy existe, que es intransitable, sino construir un buen arrecife para carruajes, obras según nuestras noticias de muy poco costo para las ventajas que acarreará a la población.

El diputado provincial por Mairena está en el deber de trabajar por todos los medios para que aquel municipio lleve a efecto esta necesaria obra".Y es ahora, unos años después, cuando se acomete dicha obra, que con el empuje y creatividad del entonces nuevo alcalde parecía viable y en este sentido expone a sus compañeros ediles: "que la falta del mencionado camino produce una minoración muy sensible a la antigua y renombrada feria de esta Villa, originándose con ello y con las dificultades que se tocan para conducir a dicha estación los importantísimos productos de las naranjas, cereales y demás frutas, perjuicios cuya cuantía es incalculable..

Cuando aparecen los eternos e insalvables obstáculos, económicos y reglamentarios, propone para ejecutar la obra: "llevarla a efecto empleando la prestación personal de los vecinos y con una suscripción voluntaria entre los extractores de naranjas, hacendados forasteros y el director del ferrocarril, para que se suscriban por la cantidad que estimen conveniente para la realización de tan útil mejora". En los meses siguientes se formó el padrón de hombres disponibles, se consiguió el visto bueno del Sr. Gobernador Civil de la Provincia, se fijó en dos pesetas la sanción para los vecinos que no concurriesen a dar las peonadas que le correspondiesen, y se ejecutó el proyecto. Las obras finalizaron a últimos de 1.885, aunque años después serían necesarios nuevos arreglos ante el derrumbamiento de los taludes laterales del camino por las fuertes lluvias que se padecieron.


(Monumento conmemorativo de la inaguración del cementerio)
 

Pero por lo que quedaría para siempre tan ilustre Alcalde en la memoria de los maireneros fue por la construcción del nuevo cementerio.

Era una necesidad que se había plasmado bastante veces a lo largo de todo el siglo, incluso se había intentado habilitar, no sin gran polémica, las antiguas ruinas del castillo para tal fin. Este fue salvado providencialmente y años más tarde rescatado por D. Jorge Bonsor.

El presupuesto extraordinario fue aprobado por la Junta Municipal y autorizado por el Sr. Gobernador Civil en el año 1.889. Las obras culminaron relativamente pronto: en julio de 1.891

Después se arregló el camino desde la Villa al cementerio, se hicieron asientos desde la portada del camino a la entrada del mismo "para comodidad del público que concurre a los entierros", se adecentó la capilla con la compra de una efigie de San José y otros objetos sacros, se compuso el Callejón Peralta (Hoy Calle San José), se nombró a un guarda-enterrador y, por fin, el día 18 de septiembre se inauguró:

"Solemnizándose el acto con una función religiosa a la que se invitará al Clero Parroquial y a todas las hermandades, distribuyéndose después en la Casa Capitular una abundante limosna de pan a los pobres e iluminándose por la noche a la veneciana, profusamente, el bonito paseo de la Fuente de Alconchel, en el que se quemará al propio tiempo una escogida colección de fuegos artificiales.." y "se acordó costear con cargo a imprevistos los funerales del primer cadáver que reciba cristiana sepultura, cediéndole gratuitamente el primer nicho, al que se le pondrá una lápida con inscripción que conmemore la fecha de la inhumación..".

El día de su despedida recibe una agradecida moción de sus compañeros que dejaron para siempre este testimonio: "Este vecindario, a quien representamos en el Ayuntamiento, tampoco debe de olvidar el paso de tan excelente patricio por la Alcaldía: las obras públicas ya citadas para el mejor aprovechamiento de nuestros convecinos, la ordenación y reglamentación de los servicios públicos y la cariñosa solicitud para todo lo que significara rectitud y justicia, constituyen el más elocuente testimonio del cariño y gratitud que se le debe. Por todo ello pido de la Corporación, que al dedicarle la más afectuosa despedida, se haga constar en acta el sentimiento que a todos nos embarga por su apartamiento de la Alcaldía y la gratitud inmensa que nuestros administrados sienten por los constantes servicios prestados a este bendecido pueblo de Mairena del Alcor".

Cuando fallece, en julio de 1.904, a los 60 años y siendo Juez de Paz de la Villa se celebra un pleno extraordinario para manifestar: "el vivo sentimiento por tan dolorosa e irreparable pérdida, disponiendo que se recuerden los singulares méritos que contrajo el ilustre finado llevando a cabo bajo su perseverante y entusiasta iniciativa importantísimas mejoras en la población durante el largo período de años que desempeñó la Alcaldía con general beneplácito del vecindario, se inhume su cadáver en la capilla del cementerio de San José, costeándose con cargo a la consignación de imprevisto una lápida conmemorativa".

Fotografías: mayrena.com
Cuadro del personaje facilitado por la familia Retamino.