VI Marcha hacia la Historia. Marchena monumental
Sábado 14 de abril 2006

I Ruta 2001. Visita a Gandul. II Ruta 2002. Ruta de Alcaudete  III Ruta 2003. Clavinque  IV Ruta 2005. Luchena, castillo y molinos
V Ruta 2006. El Viso del Alcor

El Colegio Isabel Esquivel, con el patrocinio de la Delegación de Cultura, Festejos y Juventud del Ayuntamiento de Mairena del Alcor, organiza la VI Marcha a la Historia. En esta ocasión la ruta escogida es un paseo y visita cultural a la Marchena Monumental.
Como en otras ocasiones, la marcha contará con la colaboración de los expertos en sus respectivos campos José Prenda, biólogo, y José Manuel Navarro, historiador.

VISITA A MARCHENA
(Texto y Fotos de José Manuel Navarro)

Marchena y Mairena son dos poblaciones de la campiña sevillana de similar entidad, unos 19.000 habitantes, que comparten una larga tradición histórica forjada por la casa ducal de Arcos, que fue señora jurisdiccional de ambas localidades. Además comparten el posible origen de sus nombres. La hipótesis toponímica señala que la terminación -ENA procede de nombres romanos islamizados. Marchena podría ser derivado de Martius, el propietario de una villae de la zona.

La estructura urbana de Marchena traduce en su plano y elementos más característicos el modelo de las ciudades señoriales. Conserva una estructura de callejas de época musulmana con plazas que conservan incluso el nombre como la plaza de las 7 revueltas, existente en varias ciudades musulmanas. En el Renacimiento los duques reformaron varias calles y plazas y amplían las puertas de la muralla para facilitar el acceso a los carros, construyen la cárcel y amplían la plaza de la cárcel. A mediados del XVII el duque de Arcos emprende una amplia labor de remodelación urbanística. Expulsó a los habitantes de la zona del antiguo vergel para construir unos jardines y los reubica en los arrabales exteriores de la ciudad, donde construye un hospital y un convento.


LA MURALLA

La cerca militar de Marchena fue edificada en época almohade, s. XII, y está construida con sillarejo y tapial con refuerzos de sillar en las puertas y algunas esquinas. Los arcos suelen ser de ladrillo, así como varios listeles horizontales de refuerzo en las paredes y torres de tapial. Las torres almohades son cuadrangulares y tan solo una es poligonal. Las circulares corresponden a reconstrucciones cristianas que las redondean para hacerlas más resistentes al tiro de artillería. En la muralla se abren 6 puertas: de la Rosa, de Morón. de Osuna, de Écija, (cuyas torres fueron derribadas y que unía la muralla de la cerca con la de la huerta), el portillo y la de Carmona.

La llamada puerta de la Rosa, Nueva o de Sevilla, es una de las puertas de la cerca exterior más espectaculares de la ciudad. Se abre en el lado Oeste, en la calle de la Rosa cuyo nombre le viene al parecer de la Virgen de la Rosa que se venera en una pequeña hornacina en dicha calle. Según la leyenda el nombre de la puerta deriva de la rosa que una joven musulmana arrojó a su amado, un caballero cristiano, en prueba de su afecto. Está constituida por un arco de herradura enjarjado de ladrillo, bordeado por dos torreones de sillarejo con refuerzos de sillar en las esquinas y ventanas. Está construida siguiendo el sistema de eje acodado aconsejado por Vitrubio, girando a la derecha. En el frontal sobre el arco se conserva un curioso relieve rectangular con dos escudos: el del papa Martín V (columna, tiara y dos llaves de S. Pedro) y el escudo de los Ponce de León, señores de Marchena (león rampante y tres barras rodeados por 8 escudetes con lista horizontal).


CIUDAD SEÑORIAL

La casa de Arcos arranca de Fernán Pérez Ponce de León, hijodalgo de escasa renta que casa con Isabel de Guzmán, rica heredera que aporta una dote espectacular. Con este dinero va adquiriendo poco a poco diversas rentas de la villa y en 1309 consigue de la monarquía el reconocimiento como señor de la villa. Diversos herederos amplían las posesiones y rentas de la casa, como Pedro Pérez Ponce de León, quien en 1342 consiguió el señorío de Mairena o Rodrigo Ponce de León, el reformador del castillo de Mairena) que alcanzó el título de duques de Cádiz, que posteriormente perdió.

La familia cuenta con una larga lista de señores que gastaron auténticas fortunas en palacios, fiestas y lujos. Luis Cristóbal Ponce de León, "el humanista", acompañó a Felipe II a Flandes, de donde regresó arruinado por sus numerosos gastos en fiestas y cortejos. En Marchena reformó la decoración aportando elementos renacentista como yeserías y esculturas italianas. A mediados del siglo XIX Mariano Téllez Girón, duque de Arcos y de Osuna, derrochó el patrimonio familiar y a su muerte, en 1893 la junta de acreedores dividió sus bienes. El castillo de Mairena fue adquirido por Jorge Bonsor, el palacio de Marchena fue vendido por el administrador de las rentas ducales y los vecinos tomaron las rejas y algunos materiales y enseres. El ayuntamiento llegó a construir una plaza de toros en el interior del recinto palaciego. En 1904 la condesa-duquesa de Lebrija compra varios artesonados, mármoles, algunos paneles de azulejos y yeserías para adornar su palacio de la calle Cuna de Sevilla.


LA PLAZA DE ARRIBA Y EL PALACIO DUCAL

La plazas de arriba, en la que se sitúa el ayuntamiento y el palacio ducal servía como plazas ceremonial, como centro cívico para celebraciones y actos públicos. Es un gran espacio rectangular con un lado más pequeño que le imprime profundidad, de diseño barroco, con el Ayuntamiento en un frontal, el palacio enfrente, y los dos laterales ocupados por casas de tres pisos con balconadas y ventanas amplias al estilo de las grandes plazas castellanas construidas en el mundo barroco. Fue reformada a principios del XVIII. Esta plaza era el lugar de celebraciones cívicas y religiosas como la fiesta mayor de Marchena, festividad de la Inmaculada. En el Viernes Santo se congregaban muchos vecinos para escuchar la sentencia de Pilatos desde el balcón del palacio ducal, lo que señala el carácter jurisdiccional del señor de la ciudad.

El palacio ocupa todo el espacio del antiguo alcázar musulmán. En realidad se compone de una multiplicidad de espacios conectados por patios y espacios abiertos, plazas y callejas. La fachada que da a la plaza, ha sido adelantada unos 15 m. construyendo en los años 60 un bloque de casas que cierre la plaza delante de la fachada original. El acceso al palacio desde la plazas se hacía desde una salida lateral con un largo pasillo que llevaba a la portada de arcos entrecruzados del apeadero. La portada original se encuentra actualmente en el Alcázar de Sevilla. Fue adquirida por Alfonso XIII a los acreedores del duque de Osuna, ante la oferta de Heart para comprarla y llevarla a los EEUU. Esta portada da paso a un patio rectangular porticado al fondo del cual se abre una gran explanada que se extiende a la izquierda formando una gran plaza rectangular. En ella se levanta la iglesia de Sta. María de la Mota y el convento de la Concepción.

IGLESIA DE SANTA MARIA DE LA MOTA

Se construye sobre la antigua mezquita musulmana dentro del recinto del alcázar. En 1356 un terremoto dejó bastante dañada la edificación de la mezquita y se optó por construir un templo cristiano. Se sigue el modelo de iglesia parroquial mudéjar tan extendido en Sevilla (S. Román, S. Andrés) y en los pueblos de la campiña. La portada se destaca a los pies en cantería y sobresale del plano de la pared, resaltándose por su especial significación al simbolizar las puertas del cielo. Al igual que el Presbiterio, se construye en piedra y en estilo gótico como lugares destacados del templo de especial significación religiosa, dejando para el cuerpo de las naves el estilo mudéjar local de tradición islámica y usando el ladrillo. La torre es de base islámica maciza por lo que hubo que construir una escalera exterior para acceder al coronamiento del cuerpo de campanas del XVI. Éste se decora con azulejos azules a imitación de la Giralda y azulejos con el escudo de los duques. Hernán Ruiz II la visita para inspeccionar su edificación.



Los duques fueron grandes devotos de la virgen Inmaculada y fueron la primera casa nobiliaria de Sevilla en hacer votos, como casa y como señorío, antes de la aprobación pontificia por el breve de 1640. La devoción marchenera a la Inmaculada lleva a convertir su festividad en la fiesta mayor de la ciudad. Para la elaboración de la imagen, destinada a la iglesia de Sta. María de la Mota, como atestigua el pago que se recoge en el testamento del duque, se escoge al mejor tallista del momento. Se encuentra en un retablo con otras dos tallas de Sta. Ana y S. Joaquín. La imagen la termina Miguél de Zayas, alumno del taller de Pedro de Mena que se encarga de dirigirlo a su muerte junto con su viuda. La imagen se monta en una peana de carey con una articulación que permite girar la figura durante los actos litúrgicos.


CONVENTO DE LA CONCEPCION

El convento fue fundado por Dña. Ana de Aragón y Sandoval, esposa del IV Duque de Arcos en 1623. El desarrollo económico del convento fue posible gracias a al aporte económico realizado por Guadalupe de Láncaster y Cárdenas, viuda muy rica que tras su boda con el duque de Arcos, cede una considerable cantidad de dinero para el convento elegido para retirarse los últimos días de su vida. Sobre la puerta de entrada, en un panel de azulejo, se representa la Inmaculada, según iconografía de Pacheco, sobre un fondo con vista de Sevilla y el río Guadalquivir. El convento conserva una inmensa colección de grabados religiosos del XVI y del XVII, que enmarcados en 1715 en varios paneles rectangulares, a modo de retablos, se conservan dispuestos por las paredes del convento. El retablo de la iglesia es de mediados del XVIII, con estípites recargados. En uno de los laterales se rinde culto a una talla de Immaculada de Pedro de Mena, que es la última obra realizada por el autor, dejándola sin terminar a su muerte en 1688.


IGLESIA DE S. JUAN

Era una de las grandes parroquias de Marchena, que mantenía a 6 beneficiados y 50 ayudantes (entre chantres, sacristanes y acólitos). De su importancia puede dar buen ejemplo su carácter de audiencia judicial en delitos de fe y jurisdicción eclesiástica para toda la comarca. El templo se construye siguiendo la tradición mudéjar, con tres naves cubiertas de armadura, con una nave central de doble anchura que las laterales. Se soporta con arcos ojivales sobre pilares de tradición comarcal, con medias columnas adosadas al pilar bajo el arco. En el cuerpo de la iglesia se utiliza tapial y ladrillo en muros y pilares de tradición mudéjar con alarifes locales y para las partes nobles, portada y presbiterio, se utiliza piedra de cantería, con una bóveda de estrellada de nervadura bastante compleja.

Se inicia la construcción en el último tercio del s. XV con una manda de Rodrigo Ponce de León. Su escudo aparece en el rico artesonado del techo de las naves, junto al símbolo franciscano JHS (Jesús, Hombre, Salvador) y al escudo de su esposa Beatriz de Pacheco. El presbiterio es de traza tardía, pudiendo datar su construcción de principios del XVI. A mediados del XVI se construyen dos naves laterales de capillas adosadas que amplían el total de naves a 5, lo que resta esbeltez al perfil de la construcción. El retablo del altar mayor es de estilo gótico tardío, construido por Alejo Fernández a principios del XVI. Recoge una larga serie de escenas de la vida de Cristo y S. Juan Bautista, titular de la parroquia (la degollación de S. Juan Bautista). En la calle central se sitúan S. Juan en el segundo cuerpo y sobre su imagen, la Ascensión de la virgen. En los dos portalones laterales salientes se sitúan seis pinturas, tres a cada lado, con santos "útiles", protectores. A la derecha y de abajo a arriba están S. Bartolomé, Sta. Catalina y María Magdalena. A la izquierda están S. Esteban, S. Sebastián, patrón de Marchena, y S. Cristobal. El retablo recoge las escenas más significativas del mensaje que pretende transmitir: la mesianidad de Cristo. Se corona con una rica crestería calada conformada con arcos rebajados, dobles arcos y entrecruzados de ramificaciones vegetales propio del flamígero.

El coro es de talla barroca del XVIII, dotado de bellos estípites muy sencillos. Fue tallado por Jerónimo Balbás y Juan de Valencia. Está tallado en madera de ciprés para las figuras, en cedro el cuerpo de la armadura y en caoba los reposabrazos. Las escenas de los asientos recogen un amplio santoral. El maestre de capilla más famoso fue Cristobal de Morales, el gran músico español del Renacimiento. La iglesia cuenta con dos de los mejores órganos europeos. El primero es barroco del XVIII construido por Juan Chevarría, maestro organero de Estella. El segundo fuel instalado a principios del s. XIX y es neoclásico de modelo europeo monumental, con 28 juegos de instrumentos y casi 2000 tubos de aire.

La obra más destacada de su espléndida colección de platería es la custodia procesional, obra de Diego Alfaro, de 1575, anterior a la custodia de la catedral de Sevilla. Presenta una colección iconográfica que hace referencia a la historia de la salvación, en la que se destaca el sacrificio y la eucaristía. En la base hay esculturas y relieves del Antiguo Testamento, en el cuerpo superior se recogen escenas del Nuevo Testamento en un templete circular, la base recoge 8 figuras que representan a los cuatro evangelistas y a los cuatro padres de la iglesia, definidores del dogma de la Eucaristía y el coronamiento se remata con una imagen de Cristo resucitado, sobre pedestal. Conserva además la parroquia una importante colección de obras de Zurbarán y de su taller, algunas inspiradas en obras de Rubens y grabados manieristas del XVI.