PIEZAS ARQUEOLÓGICAS DE LOS ALCORES EN LA HISPANIC SOCIETY OF AMERICA

José Manuel Navarro Domínguez

Parecería lógico que quienes deseasen estudiar los periodos más antiguos de nuestra historia y analizar las piezas arqueológicas excavadas en Los Alcores se dirigiesen a museos cercanos como el Arqueológico Provincial de Sevilla, la Necrópolis y el Museo de la Ciudad de Carmona, la Colección del Castillo de Mairena del Alcor o el recientemente inaugurado Museo de Alcalá de Guadaíra. Pero no se extrañen si les digo que muchas de las mejores piezas excavadas en Carmona, Gandul, Mairena o El Viso se encuentran en vitrinas ubicadas en un museo de la avenida Broadway de Nueva York.


Constancio del Álamo, conservador de la H. S. y dos becarios del CSIC que realizan en inventario de las piezas arqueológicas.

El edificio que las alberga es el de la Hispanic Society of America que se alza en el norte de Manhattan, en pleno barrio hispano de la ciudad. La institución fue fundada en 1904 por el multimillonario estadounidense Archer Milton Huntington. Al igual que otros muchos millonarios norteamericanos, como Henry C. Frick, o Robert Lehman, dedicó parte de su fortuna a la constitución de una colección privada de objetos de arte, como muestra de sofisticación, nivel cultural y riqueza. Fascinado por la cultura española desde niño, inspirado por la lectura de los escritores románticos, como Washington Irving, A. Huntington estudió castellano a los catorce años y desde su juventud se propuso organizar un "museo español" que abarcase todos los aspectos de la cultura hispánica.



Tras viajar en 1892 por Castilla, siguiendo los pasos de El Cid, en 1898 emprendió personalmente una excavación en las ruinas de Itálica, que tuvo que interrumpir por el estallido de la guerra. Lo que no le impidió obtener interesantes bustos, mosaicos, cerámicas y vidrios que se exponen en la colección arqueológica. Durante varias décadas enriqueció la colección con los objetos aportados por arqueólogos y marchantes de arte distribuidos por la geografía peninsular, como Jorge Bonsor, o comprados personalmente en sus viajes por España y otros países europeos.

Este verano un grupo de profesores de la asociación Ben Baso, que en estos momentos estudia el yacimiento de Gandul, hemos tenido la oportunidad de visitarla y analizar sus fondos junto al Dr. Del Álamo, curator de la sección de Arqueología de la Hispanic Society. En la terraza de acceso al museo nos recibió una imagen familiar, una escultura en bronce de El Cid, obra de la segunda esposa del fundador, Anna Hyatt Huntington, gemela de la escultura ubicada en el paseo de acceso al Parque de Maria Luisa, frente al edificio de la Fábrica de Tabacos.

LA COLECCIÓN ARQUEOLOGICA

La fascinación de Huntington por el pasado remoto del mundo hispánico le llevó a patrocinar excavaciones arqueológicas en España y en Hispanoamérica. Gracias a esas excavaciones y a las adquisiciones posteriores la Hispanic Society ha podido reunir la colección más importante de piezas arqueológicas españolas que existe fuera de España Abarca desde el Calcolítico al período romano, con piezas realmente impresionantes que han sido elemento de referencia en gran cantidad de obras de Arqueología e Historia del Arte.


Sección de arqueología, con grupo de profesores que estudian Gandul

Entre estas piezas destacan de forma significativa las procedentes de Los Alcores, excavadas y vendidas a Huntington por Jorge Bonsor. La relación entre ambos se inicia en 1898 cuando se conocen en Sevilla y se mantuvo hasta mediados de la segunda década del siglo XX. Fue especialmente intensa entre 1904 y 1911, periodo durante el cual Bonsor vendió gran cantidad de piezas arqueológicas excavadas en Los Alcores, pinturas y obras de artesanía, especialmente bordados y textiles, al rico americano. La promulgación en 1911 de la Ley de Excavaciones, y especialmente la del reglamento que la desarrollaba en 1812, supuso un importante obstáculo para estas operaciones, al prohibir la exportación de antigüedades, lo que supuso la interrupción de las ventas.


Ánfora romana de Gandul

En la galería superior de la gran sala central de exposiciones del museo una magnifica vitrina contiene una de las más completas series de vasos campaniformes existente en museo alguno. Recoge la amplia variedad de formas, modelos estilos, tipologías y cronologías de este tipo de cerámica prehistórica. Entre ellas podemos encontrar los característicos vasos con forma de campana, las fuentes amplias y redondeadas con alto pie y los cuencos bajos, todos ellos decorados con incisiones rellenas de pasta blanca formando complejos diseños geométricos. La mayoría de las piezas proceden de los yacimientos de Gandul, Acebuchal y Cruz del Negro, localizados el primero en término de Alcalá de Guadaíra y los restantes en el de Carmona.


Vasos campaniformes de Los Alcores, excavados por Bonsor

En las vitrinas inmediatas encontramos numerosas lucernas (lámparas de aceite), vasijas globulares ibéricas, con característicos diseños geométricos de color rojizo y ocre, y grandes ánforas romanas procedentes de Carmona y Gandul.

Entre las piezas expuestas figuran en lugar relevante el carrito votivo, pieza única en su género, localizado en una tumba de Carmona y la hoz de microlitos de sílex que Bonsor encargó reconstruir a un artesano de Carmona. En lugar especial se encuentran las placas de marfil con complejos diseños de clara influencia oriental que representan fieras y guerreros y que constituyen una de las joyas más apreciadas del museo.


Carrito votivo encontrado en Los Alcores por Jorge Bonsor

En las restantes vitrinas encontramos placas de marfil orientalizantes, cerámica romana de lujo (terra sigilata) y ordinaria (ánforas, cuencos de mesa), ídolos, instrumental quirúrgico, armas, objetos de vidrio y urnas cinerarias, extraídos de los yacimientos situados entre Gandul y Carmona. También podemos estudiar magníficas piezas de cerámica, vidrio y bronce, que abarca un amplio panorama en el que los mundos púnico, ibero, celtibérico, griego, y romano se encuentran bien representados.

LA COLECCIÓN ARTÍSTICA

El museo de la Hispanic Society no reúne sólo piezas arqueológicas. La sección más espectacular y admirada por los visitantes la constituye la colección pictórica. Su amplia variedad permite realizar un recorrido panorámico por la pintura y el dibujo españoles desde la Edad Media hasta comienzos del siglo XX. Como no podía ser menos el eje central de la colección lo constituye el Siglo de Oro, destacando tres retratos de Velázquez y varios cuadros de Ribera, Zurbarán y Murillo. El fondo cuenta con numerosas pinturas, dibujos y grabados de Goya, otro de los grandes artistas españoles, entre los que destaca el retrato de la duquesa de Alba con el atuendo de maja, pintado en 1797, la obra más famosa de la colección. Posee también una notable selección de obras de pintores de finales del siglo XIX como Anglada Camarasa, Fortuny, Rusiñol, Zuloaga y Nonell.

Entre las obras más populares de la Hispanic Society se encuentran las pinturas de la Sala Sorolla. Para reflejar el paisaje español Huntington encargó a Joaquín Sorolla un magnífico ciclorama compuesto por catorce grandes lienzos, titulado Las regiones de España. El llamado "pintor de la luz" recorrió España entre 1911 y 1919 tomando apuntes, realizando bocetos y plasmando la rica diversidad de los paisajes, trajes regionales y costumbres de España.


Sala Sorolla. Cuadro dedicado a Sevilla

Sevilla, que ya por entonces constituía el arquetipo de la imagen de lo español, aparece destacada en tres escenas: la Semana Santa, una corrida de toros y la Feria de Abril. Otra escena andaluza, la conducción de ganado bravo en el campo, completa la imagen de nuestra tierra. La representación de Castilla es ambiciosa, recogiendo en un gigantesco frontal que ocupa toda una pared, una impresionante imagen cuajada de personajes ataviados con trajes populares de diversas ciudades castellanas, que atraviesan un abigarrado mercado, con el fondo de las murallas de Ávila y una vista de Toledo. Varios cuadros de menor formato recogen escenas de la huerta valenciana, pescadores catalanes y las montañas del norte. En breve podremos admirar en Sevilla este ciclorama, junto con otras obras de Sorolla, en una exposición itinerante que recorrerá distintas ciudades españolas, entre ellas la capital hispalense. Su ausencia se aprovechará para restaurar el techo y las paredes de la sala y dotarlas de calefacción para asegurar la conservación de las pinturas en perfectas condiciones.

La colección escultórica, aunque menor en numero de piezas a la de pintura, no le va a la zaga en calidad. Junto a las figurillas iberas y las impresionantes esculturas romanas del fondo arqueológico la colección cuenta con una selecta muestra de obras que permiten analizar el panorama escultórico español desde la Edad Media hasta comienzos del siglo XX. Contiene excepcionales obras medievales islámicas, entre las que destaca un cofrecillo cilíndrico de marfil, y excelentes tallas policromadas religiosas cristianas. Especialmente interesantes resultan los tres magníficos grupos escultóricos de terracota de Luisa Roldán, ahora que Sevilla celebra una exposición dedicada a la artista barroca.

La colección posee un fondo de más de 15.000 estampas que recoge un panorama sin igual del arte gráfico en España, cuyo núcleo principal lo constituye el conjunto de los siglos XVIII Y XIX, con obras de Ribera y otros artistas barrocos, la casi totalidad de los grabados de Goya, y más de 4.000 obras, entre grabados calcográficos, aguafuertes y litografías, dedicados al Quijote. La cerámica, la orfebrería, el vidrio, el mobiliario eclesiástico y civil, los herrajes y los textiles, creados entre los siglos XV y XIX, ocupan una parte importante de la colección. Entre estas piezas llama la atención la custodia procesional de Alarcón. La colección de loza española de reflejo metálico de los siglos XV al XVII se completa con muestras importantes de vajilla de lujo, de porcelana y loza decorativa del s. XVIII procedente de distintas fábricas españolas. La colección textil abarca desde las lujosas sedas de la España medieval islámica hasta las labores de aguja de comienzos del siglo XX. Entre los muebles encontramos una excepcional colección de bargueños, sillones y mesas de rica taracea de los siglos XVI al XVIII.

El fondo más antiguo de la institución, aunque el más desconocido, es su inmensa biblioteca. En sus estantes atesora más de 600.000 libros, manuscritos, documentos y cartas, entre los que destacan unos 250 incunables (impresos en la segunda mitad del siglo XV) y algunas primeras ediciones de las principales obras literarias españolas, como Tirant lo Blanc, La Celestina y El Quijote. La colección de manuscritos españoles, compuesta por unos 250.000 documentos, comprende cartas de privilegio medievales, cédulas reales hológrafas, mapas náuticos, biblias y libros de horas iluminados y manuscritos históricos y literarios. Entre ellos destaca el mapamundi de Juan Vespucci, pintado en Sevilla en 1526, en el que se recoge por primera vez la información geográfica aportada por Elcano en su viaje de circunnavegación.

En estos momentos se encuentra en proceso varias investigaciones centradas en el fondo arqueológico. Mediante un proyecto financiado por el CSIC dos becarios revisan e informatizan el conjunto de piezas arqueológicas de la colección; desde la Real Academia de la Historia y la Universidad de Barcelona, dos estudios diferentes convergen sobre la figura de Bonsor y su labor arqueológica, usando, entre otros fondos, la documentación y las piezas de las colección y, finalmente, el grupo Gandul-Alcores, de la asociación de profesores Ben Baso, utiliza los fondos de la colección como material de trabajo para la elaboración de cuadernos didácticos para el estudio del yacimiento de Gandul.